Asilo de monjas austríacas fue denunciado por abusos de menores discapacitados
Una testigo dijo que se les sometía a golpes y brutales métodos de educación.
Su primera denuncia fue ignorada por las autoridades, afirmó la mujer.
Una nueva denuncia de abusos de menores discapacitados en un asilo gestionado por monjas católicas se sumó a la ya larga serie de ese tipo de casos que han sacudido a la Iglesia Católica en Austria.
Este nuevo caso ha sido revelado por una mujer quien asegura haber presenciado maltratos en el "Centro Social San José" de la Orden de las Hermanas de la Caridad, en la localidad tirolesa de Mils, según informó la televisión y radio pública austríaca ORF.
La testigo relató a la ORF que quedó impresionada cuando comenzó a trabajar en 1980, a la edad de 22 años, en ese centro que acoge niños con problemas físicos y psíquicos, por los brutales métodos de educación que se aplicaban.
"Había duchas frías, camisas de fuerza, insultos, patadas y los internos eran encerrados en el cuarto de baño durante horas. Cuando un niño vomitaba, tenía que comer lo vomitado", contó.
Entonces, la mujer comenzó a escribir un diario donde registraba los malos tratos que regularmente aplicaba cada monja y, tras cinco meses, llevó sus apuntes a la Oficina de Protección de Menores y a otras autoridades del Tirol, sin conseguir que se le prestase oído.
"Pensaba que iban a estar satisfechos por obtener esta información, pero lo único que recibí fue un golpecito en el hombro de un señor que me dijo que el asunto era demasiado delicado", recordó la testigo. El hombre le aconsejó quemar sus anotaciones y dejar de escribir un diario, añadió.
En sus declaraciones, afirmó sentir vergüenza y gran impotencia, al confesar que se había sentido paralizada y que demasiado cobarde, y que sus acusaciones no han tenido consecuencia alguna para las monjas que trabajaban en el asilo.
Contactada ahora por la ORF, la diócesis de Innsbruck dijo no ser competente en este caso, porque se trata de una institución controlada por una orden religiosa.
La Oficina de Protección del Menor, a la que la testigo acusa de haber hecho caso omiso de sus acusaciones de hace 30 años, se limitó a señalar que la autoridad competente es el edil social Gerhard Reheis, quien finalmente prometió investigar los casos.