Rodríguez Zapatero a la derecha: En España no se hacen "las leyes que quiere el Papa"

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Autor: Cooperativa.cl

Así respondió a las criticas de Mariano Rajoy por no asistir a la misa oficiada en Barcelona por el Papa Benedicto XVI.

Rajoy criticó que el mandatario no estuviera "a la altura" en la visita ni en el conflicto del Sahara Occidental.

El presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que en su país no se hacen "las leyes que quiere el Papa" sino las que dictan el Parlamento y la ciudadanía.

ImagenAsí respondió el presidente del Gobierno a las críticas del líder de la oposición, Mariano Rajoy, del conservador Partido Popular (PP), por su ausencia en la misa que el papa Benedicto XVI ofició en Barcelona el domingo pasado.

Rajoy criticó que Zapatero no estuviera "a la altura" ni en la reciente visita del papa a España ni en el conflicto del Sahara Occidental, en medio de la campaña para las elecciones regionales del próximo 28 de noviembre.

"Que no había estado a la altura. Mira que está él a la altura", replicó Zapatero durante un mitin en la localidad catalana de Viladecans, junto al jefe del gobierno regional y candidato socialsita a la reelección, José Montilla.

Rodríguez Zapatero añadió: "¿Pero qué quiere Rajoy, que hagamos las leyes que quiere el Papa?. No, haremos las leyes que quiere el Parlamento y los ciudadanos de este país, para todos y con igualdad".

El líder socialista recordó que España ha vivido "décadas y décadas" en las que se han tenido que aceptar "las leyes, los códigos de conducta de todo tipo y una determinada forma de ver la vida y la religión".

Pero ahora la situación ha cambiado, dijo el presidente español, y agregó que "la gran mayoría de ciudadanos" "quieren ser libres y que nadie les imponga una moral".

"La moral de cada uno se la impone cada uno, libremente y en igualdad", subrayó Zapatero, quien no aludió a los sucesos del pasado lunes cuando las fuerzas de seguridad de Marruecos asaltaron el campamento saharaui de Gdaim Izik, en El Aaiún.

En nombre del gobierno, la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, calificó los hechos como "muy graves", aunque evitó condenarlos ante la "confusión" existente.