El impacto de la pobreza en Maule y Biobío a 11 meses del terremoto
El campamento El Molino de Dichato aún tiene 2.000 alojados, en condiciones "denigrantes".
Locatarios de Talca atienden en las veredas para poder subsistir.
A 11 meses del terremoto y maremoto que azotó el sur del país el 27 de febrero del 2010, son cientos de personas las que han caído bajo la línea de la pobreza al perder sus viviendas y locales comerciales.
E
n el campamento El Molino de la comunidad de Dichato, todavía viven más de 2.000 personas, y según una de sus residentes, Margarita Contreras calificó como "denigrante, porque el hecho que no tengas tu privacidad, de venir a compartir con personas que nunca antes habías compartido (...) está toda la gente como muy alterada, está todo tenso".
Aunque en el Mideplan no tienen las cifras de cuánto afectó el terremoto en el aumento de la pobreza, el 21 por ciento de las personas de escasos recursos de la zona se vio influenciada por el terremoto.
En Talca, en tanto, aún quedan vestigios de destrucción en varias casas y locales comerciales, cuyos dueños han tenido que instalarse en las veredas de la ciudad para poder atender.
Nicodemus González, dueño del local de fotografías "Chévere", comentó que "estamos recuperando mucha clientela" ahora, pese a que debió endeudarse para reparar puertas, ventanales, vitrinas e insumos.
Otros pequeños comerciantes señalan que trabajar en la calle está "mal, porque tengo que estar sacando las cosas hacia fuera pero uno se adapta a todo".