Obispo Horacio Valenzuela: "La Iglesia está compuesta por justos y pecadores"
El religioso consideró "redundante" seguir hablando del dolor del mundo eclesiástico frente a los casos de abuso.
Asimiló a la Iglesia a un familiar "caído" al que hay que querer y apoyar.
El obispo de la diócesis de Talca, Horacio Valenzuela Abarca, se refirió el viernes, en el marco de las celebraciones de Semana Santa, al panorama complejo que enfrenta la Iglesia Católica debido a los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, haciendo una serie de puntualizaciones al respecto.
Valenzuela precisó que si bien éste "es un tiempo doloroso, que tiene que dolernos mucho, no (debe) extrañarnos, pues la Iglesia está compuesta por justos y pecadores. En las familias de todos nosotros hay gente buena y gente mala. La Iglesia es eso: una familia donde hay de todo, y algunos hijos en esta familia han ofendido gravemente a Dios y han dañado a gente inocente".
Por esto, "el dolor de la familia es grande, pero, ¿qué le pasa a esa familia? ¿Se destruye? No. Cuando hay buen espíritu, la familia se fortalece" ante las crisis, consideró.
El prelado asimiló luego a la Iglesia Católica con una "madre", indicando que "si mi mamá tiene una caída yo no voy a decir: 'Esta no es mi madre'; lo que hago es acercarme a ella, quererla mucho y tratar de que se recupere de su caída. Esa es la actitud nuestra, de los católicos, los cristianos, en este día, en este tiempo difícil, del cual estoy seguro, como dice el papa" Benedicto XVI, que se va a salir, porque "la Iglesia ha navegado por mares muy tormentosos durante toda la historia, y muchas veces la gente ha dicho 'se va a hundir la Iglesia', y no pasa así, porque Cristo está en ella".
Valenzuela -uno de los cuatro obispos que fueron formados por Fernando Karadima, y que públicamente adhirieron a la condena del Vaticano contra el párroco de El Bosque- destacó que una muestra del fortalecimiento de la Iglesia ante los episodios mencionados es que, pese a todo, no han disminuido las vocaciones sacerdotales.
Al contrario, ahora hay más vocaciones, "gracias a Dios, porque hoy día los jóvenes que vienen al seminario no vienen a una Iglesia que está triunfante, aplaudida, cómoda. El que viene hoy día siguiendo al Señor viene en un momento difícil, se sube a un barco que está en tormenta, y cuando alguien se sube a un barco que está en la tormenta está más seguro de que quiere viajar. Eso pasa, por eso hay más vocaciones el día de hoy", explicó.