Chile postula el circo tradicional familiar a la Unesco como Patrimonio de la Humanidad
La iniciativa busca resguardar una tradición artística itinerante que ha marcado la vida cultural del país y que será evaluada durante la próxima sesión internacional en India.
Chile anunció la postulación del circo tradicional familiar a la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, una expresión cultural arraigada en la vida popular chilena y sostenida por linajes que han transmitido su oficio por generaciones.
La subsecretaria de Patrimonio Cultural, Carolina Pérez, valoró su relevancia cultural y colectiva: "No hay familia en Chile que no haya ido al circo y disfrutado de él; eso es algo muy valioso".
Pérez añadió que: "Este reconocimiento cultural pondrá en valor un patrimonio popular de nuestro país y respalda esta práctica como una tradición que pertenece no solo a las chilenas y chilenos, sino al mundo entero. Estamos expectantes ante la decisión final".
Chile presentará su candidatura en paralelo a otras expresiones de América Latina y el Caribe, entre ellas el son cubano, el joropo venezolano y la Festividad de la Virgen de Guadalupe en Bolivia.
La decisión final se conocerá tras la vigésima sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, entre el 8 y el 13 de diciembre en Nueva Delhi.
El circo en Chile
A diferencia de las producciones industriales, el modelo chileno se basa en familias y clanes que conviven en torno a la carpa, donde hogar y trabajo se confunden. Malabaristas, trapecistas, payasos, acróbatas, iluminadores y montajistas aprenden desde la infancia en un entorno formativo comunitario y cotidiano.
Este sistema, además, mantiene vigente un modo de vida ambulante: grandes caravanas recorren el país de norte a sur, montando y desmontando carpas en localidades rurales, comunas pequeñas y barrios periféricos. La llegada del circo se convierte así en un hito social anual para numerosas comunidades.