Christian Dior despedirá a Galliano
La casa de moda inició los trámites para prescindir de sus servicios.
El modisto británico fue grabado ebrio y manifestando su admiración por Hitler.
La casa de moda inició los trámites para prescindir de sus servicios.
El modisto británico fue grabado ebrio y manifestando su admiración por Hitler.
La casa de moda Christian Dior inició los trámites para despedir al modisto británico John Galliano, tras la difusión de un video en el que, alcoholizado, la excéntrica estrella de la alta costura manifestaba su admiración por Hitler.
La grabación, efectuada por unos clientes de el bar "La Perle" del barrio parisino del Marais el pasado diciembre, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Dior, que no ha cancelado, sin embargo, el desfile firmado por el diseñador que tiene previsto para el próximo viernes en el Museo Rodin.
Al deshacerse de Galliano, la empresa del grupo LVMH que controla el multimillonario Bernard Arnault ha intentado evitar que se le acuse de poca capacidad de reacción, como cuando su perfumista Jean-Paul Guerlain apareció en televisión con unas declaraciones racistas el pasado octubre.
"I love Hitler"El catalizador del divorcio entre Galliano y Dior se produjo la noche del pasado jueves, cuando el modisto (nacido en Gibraltar en 1960) presuntamente profirió insultos antisemitas e intentó agredir a una pareja de clientes en el mismo local y también borracho, siempre según la acusación.
Según fuentes judiciales, tanto Galliano como varios testigos negaron las acusaciones ayer martes durante el careo ante la policía, pero para entonces en internet ya había prendido con el despido del "enfant terrible" de las pasarelas.
El periódico británico The Sun publicó en su página web un video de aficionado grabado por otros clientes del bar el pasado diciembre en la que el peculiar creador, luciendo su inconfundible perilla de mosquetero y tocado con un sombrero, espetaba: "I love Hitler".
"La gente como tú estaría muerta. Vuestras madres, vuestros antepasados estarían todos jodidamente gaseados", decía Galliano ante la incredulidad de los clientes, principalmente franceses e italianos.