El premio nacional de historia Gabriel Salazar reiteró sus dichos en torno a la figura de la dirigenta estudiantil Camila Vallejo en cuanto a que no la considera una gran líder política y que si quiere llegar a serlo debe alejarse del Partido Comunista y centrarse en participar de los movimientos sociales que le han dado reconocimiento, opinión que causó reacciones del presidente del PC, Guillermo Teillier y de la hermana de la vicepresidenta de la FECh.
En conversación con Una Nueva Mañana en Cooperativa, Salazar explicó que su intención al decir en una entrevista que si Vallejo es inteligente debía dejar el PC no tiene que ver con una opinión respecto de la persona de la dirigenta, sino con el concepto de política que debe hacer para aprovechar su imagen pública.
"Los nuevos movimientos sociales tienden a no hacer política a través de los partidos políticos, sino de manera directa en tanto movimientos sociales. Ella está en una encrucijada, o sigue la carrera política propia del pasado, con los partidos políticos metidos en el Parlamento, o sigue la carrera política del movimiento social. Ese es su dilema", afirmó el historiador.
Salazar insiste en su opinión de que "Camila Vallejo no es una gran líder política. No es ninguneo lo que digo: es inteligente, tiene sentido político, es fluida para hablar. No es líder política y lo puede ser. Si ella quisiera ser realmente líder sería mucho más conveniente que lo hiciera como dirigente de movimiento social que como parte de la carrera política de un partido político con representación parlamentaria".
Para ejemplificar su apreciación, Salazar dijo que "todas las tendencias actuales apuntan a que los movimientos sociales hacen política por sí mismos, como lo hicieron las asambleas ciudadanas de Magallanes, Aysen, Calama, Freirina, en todas partes de Chile. Tú participas políticamente en un movimiento en el que todos son iguales y se va rotando el liderazgo".
También criticó la admiración mostrada por Vallejo ante caudillos del socialismo mundial: "Eso corresponde a los años 60. Los movimientos sociales no trabajan tras partidos, caudillos o ideologías doctrinarias. La caudillización ha sido una enfermedad de los movimientos sociales. Pasó con el movimiento bolchevique que derivó en el estalinismo, en China con Mao, en Venezuela con Chávez, en Cuba con Fidel Castro. Es una debilitación del movimiento político, no han permitido que se desarrolle una verdadera democracia de base".