Alrededor de 275 litros del trago buscarán batir un record.
El escritor pasó largos ratos bebiendo el trago en la casi bicentenaria cantina de La Habana Vieja.
Un busto del premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, observaba sediento desde la barra del bar cubano "Floridita" como se preparaba un daiquiri gigante de 275 litros, con el cual el establecimiento espera batir un récord mundial con motivo del 195 aniversario desde que se abrió la taberna al público.
El escritor norteamericano pasaba largos ratos disfrutando de la conjunción de ron blanco, jugo de limón, azúcar y hielo, en esta casi bicentenaria cantina ubicada en la esquina de las calles Obispo y Monserrate, en plena Habana Vieja, de forma intermitente durante 20 años al menos.
En tan solo 33 minutos, un grupo de 12 maestros de la barra elaboraron en una batería de batidoras el equivalente a 1.466 daiquiris convencionales con 88 botellas de ron, líquido con el cual se llenó una enorme copa confeccionada por el artista local, Lázaro Navarrete, hasta alcanzar los 275 litros del cóctel estrella del establecimiento.
Bajo la "mirada" de la estatua de bronce de Hemingway, la que a tamaño natural y acodada en un extremo de la barra, es uno de los atractivos del "Floridita", el escritor muy bien pudo haber sugerido su propia receta, la cual no llevaba azúcar, pero sí jugo de toronja, marrasquino y una porción doble de ron.
Cuando la gigante copa de daiquiri estuvo llena, los asistentes cantaron el "cumpleaños feliz" al autor de "El viejo y el mar", ya que el acto se celebró coincidiendo con el natalicio número 113 del Nobel de Literatura (1899-1961).
El "Floridita" pretende ingresar en el Libro Guinness de los récord, aunque solo en tres semanas más se sabrá si consiguieron lograr la marca.
El mítico bar habanero, perteneciente al grupo estatal cubano extra hotelero Palmarés, cumplió el pasado 6 de julio 195 años, y es uno de los establecimientos de Cuba más famosos y frecuentado por los turistas, atraídos por su fama de ser la "cuna del daiquirí".
Fue en 1817 que bajo el nombre de "La Piña de Plata" abrió las puertas esta taberna, y desde esa fecha, numerosas personalidades del mundo de la política, la literatura, el arte, la música y el cine, han llegado a sus puertas con una sed de aquellas, dispuestos a combatirla.
