Experta británica cree que el pintor era una "personalidad apasionada".
Sus cartas personales y pinturas se expondrán en Londres.
Contrariamente a su imagen de leyenda, proyectada por el cine, Vincent van Gogh no era un genio loco", ni un maníaco que creaba a golpe de inspiración visionaria, sino un artista tremendamente "trabajador y concienzudo", según la experta británica Ann Dumas.
"Se cree que sufría algún tipo de epilepsia, pero no trabajaba cuando se encontraba en ese estado", señala Dumas, que prepara la exposición "El auténtico Van Gogh: el artista y sus cartas" para la Royal Academy of Arts londinense.
"Es cierto que era una personalidad apasionada, pero al mismo tiempo tenía una gran cultura, fruto de su voracidad lectora", agrega la experta, según la cual entre sus autores favoritos estaban William Shakespeare, George Eliot o Charles Dickens, a los que podía leer directamente en inglés.
"Van Gogh era además un excelente escritor", afirma la experta, que dice que la exposición podría haberse titulado también "Van Gogh, escritor y artista".
La Royal Academy reunirá, junto a 65 pinturas y treinta dibujos, cerca de cuarenta cartas, escogidas, según Dumas, de entre el centenar que contienen dibujos mediante los cuales el pintor informaba visualmente a su hermano, Theo, del cuadro en el que estaba ocupado o que acababa de pintar.
Van Gogh fue un artista tremendamente prolífico ya que en los 10 años de actividad artística de su corta vida (1853-1850), produjo más de 800 cuadros y 1.200 dibujos.
Pero fue también un asiduo escritor de cartas: se conservan 902, de ellas 800 en el museo Van Gogh, de Amsterdam, que constituyen un testimonio excepcional sobre la evolución de su arte y sus opiniones en torno a otros pintores o escritores como Delacroix, Degas, Émile Zola o Dickens.
En la exposición se incluyen las dos últimas que escribió a su hermano poco antes de quitarse la vida en un campo cerca de Auvers.
Vincent llegó a poner en el correo una de ellas, la de tono más optimista, mientras que la otra la llevaba encima en el momento de efectuar el disparo fatal.
