Pinter aceptó el Nobel con versos de Neruda y una dura crítica a los políticos

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Autor: Cooperativa.cl

El escritor británico leyó parte del poema "Explico algunas cosas" del vate chileno durante el discurso en el que tuvo duras palabras hacia la política exterior estadounidense.

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El británico Harold Pinter convirtió el tradicional discurso del artista que recibe el Nobel de Literatura en un duro alegato político contra Estados Unidos, lleno de ironía y referencias históricas, y en el que recitó versos de Pablo Neruda.

 

Ausente por prescripción médica, debido al tratamiento contra un cáncer al que está siendo sometido, Pinter marcó presencia en la sede de la Real Academia Sueca con una grabación en video e hizo honor a su conocida fama de escritor comprometido con causas sociales.

 

"Arte, verdad y política" tituló su discurso, en el que confesó que sus obras nacían de "una línea, una palabra, una imagen" y que entendía el proceso de creación de personajes literarios como "incierto, incluso alucinatorio, aunque a veces pueda ser una avalancha imparable".

 

Tras un par de alusiones a dos de sus últimas obras, "Mountain language" (titulada en su versión en español "El lenguaje de la montaña") y "Ashes to ashes" ("Polvo eres"), Pinter introdujo una reflexión sobre el lenguaje político y la mentira, a partir de la que desarrolló el resto del discurso.

 

La mayoría de los políticos, según él, no están interesados en la verdad, sino en el poder y en su mantenimiento, "para lo que es esencial que la gente permanezca en la ignorancia", incluso sobre sus vidas; "por eso lo que nos rodea es un vasto tapiz de mentiras del que nos alimentamos".

 

Pinter citó por ejemplo los falsos motivos que originaron la guerra de Irak para luego hacer un repaso descarnado de la política exterior estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial, cuyos "crímenes", a diferencia de las "atrocidades" de la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no sólo no han sido documentados, sino que "de ningún modo se les considera como tales".

 

Buena parte de este repaso histórico se centró en la "tragedia" de Nicaragua en la época de la Revolución Sandinista, que el dramaturgo considera un caso significativo de la política de Estados Unidos.

 

Aunque criticó la arrogancia y las contradicciones de los sandinistas, Pinter defendió sus logros en la reforma agraria y la gratuidad de la educación y la sanidad, y cómo su condición de "ejemplo peligroso" justificó los esfuerzos estadounidenses.

 

Como muestra de "tapiz de mentiras", citó la acusación del ex presidente Ronald Reagan a Nicaragua de ser una "mazmorra totalitaria", cuando no había escuadrones de la muerte ni tortura, y la contrapuso al asesinato en El Salvador de monseñor Oscar Romero a manos de un grupo militar entrenado por Estados Unidos.

 

Pinter citó otros ejemplos de esa "política que se extendió por todo el mundo", como el caso de Grecia, Uruguay o Chile".

 

"Nunca ocurrió, nada ocurrió, incluso cuando estaba pasando, no estaba pasando, no importaba, no era de interés. Los crímenes de los Estados Unidos han sido sistemáticos, constantes, despiadados, sin remordimientos, pero muy pocos hablaron de ellos", lamentó el Nobel.

 

La cita a Pablo Neruda

 

Harold Pinter se preguntó si realmente existían la sensibilidad moral y la conciencia, a la vista de casos como el de los presuntos terroristas detenidos en la base de Guantánamo o la invasión de Irak, a la que calificó como "un acto de terrorismo de Estado".

 

De Estados Unidos dijo también que "le importan un bledo" la ONU, la legalidad internacional o las voces críticas, y que contaba con un "corderito patético y sumiso" llamado Reino Unido, e invitó con sorna a la Corte Penal Internacional (CPI) a procesar a Tony Blair, ya que George Bush fue "más listo" al no reconocer la autoridad de ese tribunal.

 

Entonces recitó unos versos de "Explico algunas cosas", de Neruda, sobre la Guerra Civil Española, porque "en la poesía contemporánea no he leído otra descripción tan poderosa y visceral del bombardeo de civiles".

 

Pinter incluso se ofreció para escribirle los discursos a Bush y leyó uno preparado para él en el que se burlaba de una sociedad "compasiva que proporciona electrocución compasiva e inyección letal compasiva".

 

Pinter cerró su discurso con un llamado al deber ciudadano de "definir la auténtica verdad de nuestras vidas y nuestras sociedades", "una obligación crucial que nos concierne a todos".

 

Si esto no entra a formar parte de nuestra visión política, "no habrá esperanza de restaurar lo que casi hemos perdido, la dignidad del hombre". (EFE)

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