El centro cultural está celebrando un nuevo aniversario consolidado como el más importante del país.
Distintas voces hablan sobre la importancia y los logros del espacio, que tras el incendio que lo afectó en 2006 se convirtió en lo que es ahora.
El Centro Cultural Gabriela Mistral es tal vez el edificio chileno que ha cambiado más veces de nombre y objetivos. Fue creado en el gobierno de Salvador Allende y fue sede de la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), luego pasó a ser el Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral y tras el golpe militar fue renombrado como Edificio Diego Portales, siendo la sede de gobierno por varios años. Hoy es conocido como el espacio que alberga el centro cultural más importante del país.
Desde la inauguración de su primera etapa en septiembre de 2010, el GAM ha sido visitado por más de cinco millones de personas, recibe un promedio de 112.843 visitantes mensuales y ha contribuido a acortar la brecha de acceso a la cultura ofreciendo actividades de todas las disciplinas artísticas. Siguiendo el modelo de importantes centros de arte internacionales como el Pompidou en Francia o el Barbican en Londres, ha logrado convertirse en el nombre central de la industria cultural criolla.
"Hemos realizado mas de ocho mil presentaciones artísticas en estos cinco años y con un promedio de ocupación de salas ya en este 2015 de un 68 por ciento. Si pensamos que en los centros culturales de clase mundial un promedio de ocupación de un 70 por ciento es ya considerado muy bueno, vamos bien encaminados", dice Alejandra Wood, directora del centro.
"Otro impacto grande ha sido, me atrevería a decir, el incremento en la oferta artística de la Región Metropolitana. De acuerdo a estadísticas, si comparamos la oferta del GAM ya al año 2013 constituía un 13 por ciento de la oferta de teatro, danza y música de la Región Metropolitana", resalta Wood.
"Víctor sin Víctor Jara", "Amores de cantina", "Un tranvía llamado deseo" y "Coronación" son algunos de los hitos respecto a programación artística y para el dramaturgo, director y actor Gopal Ibarra, uno de los creadores de "Víctor sin Víctor Jara", "el gran aporte del centro tiene que ver con la masividad, en que las audiencias han subido en términos escénicos, artísticos, en términos culturales. Creo que todavía falta un aporte en términos de la ciudadanía. Todavía faltan muchas más políticas culturales que tienen que ver con abrir espacios reales a la ciudadanía y a grupos artísticos menores".
Lo cierto es que, según las estadísticas que posee el centro, la brecha de acceso a la cultura se ha acortado de manera significativa en estos cinco años de funcionamiento, pues ha habido un posicionamiento en sectores que no tradicionalmente lideran el hábito de consumo en cultura.
"Estamos realizando una labor constante hacia esa orientación, es decir incorporar a través de nuestra oferta de actividades a aquellos segmentos socioeconómicos que tradicionalmente han estado excluidos del consumo cultural. Ha sido siempre el segmento ABC1 el que ha liderado esa participación y en estos cincos años hemos logrado que sea el C2 y C3 la principal composición de las audiencias del GAM, también hemos hecho aparecer los segmentos D y E".
Un espacio público para la ciudad
En cinco años de historia, el GAM ha logrado cumplir en parte el que era el anhelo de Salvador Allende cuando decidió nombrar al edificio como Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral y cuya misión era que éste permitiera el acceso a la cultura de las grandes masas. Desde el punto de vista arquitectónico, además, el edificio ha potenciado la integración a la ciudad con plazas abiertas a la ciudadanía y personas que las ocupan.
"Santiago y en general las ciudades chilenas sufren de una enorme escasez de espacio público. Comparada con otras ciudades del mundo hay poca vida de calle, poca vida de vereda, hay poca vida de lo común. El público ha confundido espacio público con otras cosas, como con centros comerciales. Este edificio hace algo que existe en muchas partes del mundo pero que para nosotros no es tan común y por eso que nos encanta, opina el ex presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray.
Para la Alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, "ha sido un tipo de centro cultural que sin duda trajo cambios enormes en el sector: trajo más público, trajo más automóviles, trajo nuevas actividades, pero ha buscado mantener un dialogo con las otras actividades que hay alrededor. Los vecinos residentes en primer lugar y también los locales que hay alrededor y eso es muy valioso y muy rescatable. Los vecinos han tenido desde el primer momento una línea muy abierta de dialogo y eso ha permitido que los conflictos que ha habido en el camino, que han ido presentándose, se puedan resolver de buena manera".
El edificio siempre fue planteado como un continuo de espacio publico desde la Alameda hacia el interior del barrio Lastarria, a través de pequeños patios y jardines que fueron enrejados y enajenados después del golpe militar. "El proyecto una vez que esté completo, con la gran sala que se va a construir, restituirá, ya lo hace en parte, este tejido, esta trama que pasa a través del centro cultural y conecta hacia Lastarria y hacia el Parque Forestal", acotó Gray.
La construcción de la gran sala
Se espera que a fines de este año el Ministerio de Obras Públicas comience la construcción de una sala de espectáculos variados de 18 mil metros cuadrados y con capacidad para dos mil quinientas personas, que se presenta como la esperada segunda etapa del centro y que estará ubicada a un costado del edificio central.
"Ad portas de la construcción de la segunda fase se vienen nuevos desafíos y en eso estamos con la corporación para poder delinear cuales van a ser las nuevas misiones y propuestas que van a llegar para la ciudad de Santiago con esta infraestructura nueva, tecnológica, que esperemos esté lista para fines de 2017", afirma el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone.
Actualmente el centro es financiado con un aporte del Estado a través del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y con ingresos propios que genera a través de la operación de un parque de estacionamiento, un café, un restorán, tres locales comerciales, la venta de entradas y la realización de otro tipo de eventos, por lo que para Alejandra Wood la nueva sala "sin duda abre la perspectiva de que los ingresos proveniente por la venta de entradas sean bastante más atractivos que en la etapa que tenemos abierta a público al día de hoy".
Desde 2010 a la fecha, el balance general del centro cultural es bastante positivo, sin embargo su directora asegura que aún hay desafíos pendientes: "Seguir profesionalizando el trabajo que hacemos en el día a día, no solo al interior del GAM, si no también con todas nuestras contrapartes que es el mundo de los artistas y nuestro público, además del tema del financiamiento. Realizar una obra cuyo impacto social justifique que el Estado nos brinde el aporte que le brinda GAM, y quizás todo eso se resume también en la construcción de la segunda etapa".
El carácter histórico, político y simbólico que tiene el edificio es indudable y para celebrar el aniversario se realizará una programación enfocada a homenajear la memoria del edificio y a las ópticas femeninas en la creación. La cartelera la puedes revisar acá.
