Explicó que las películas de los alemanes Heynowski y Scheumann están basadas en sus registros.
Insistió en Cooperativa que no dará pié atrás con su intención de quemar y enterrar estos documentos.
Ante las acusaciones de que el material de los campos de concentración de la dictadura de Pisagua y Chacabuco, que aseguró va a enterrar, es el mismo que está resguardado en Chile, Miguel Herberg aseguró que las películas hechas por los alemanes "están basadas en todo el material que he rodado yo".
"Esta polémica se zanjó exactamente en 1975 con un juicio en Roma y yo tenía un acuerdo con el Gobierno de la RDA, no con (Walter) Heynowski y (Gerhard) Scheumann, esos eran solamente un estudio en el cual se tenía que trabajar y el acuerdo consistía en que yo les daría los materiales para hacer un montaje para los países del área socialista, uso terminología de entonces, y yo montaría en Roma para los países capítalistas mis versiones", explicó en Lo Que Queda del Día.
El español añadió que "esto ellos no lo cumplieron y por eso se hizo el juicio en Roma, en ese momento tuvieron que darme un internegativo y reconocer la paternidad como autor de esos metros rodados, que son muchos y yo finalmente pude rodar mis versiones".
"Pero qué pasó, que ellos tienen sus versiones y, al anexar la República Federal Alemana, la RDA, se quedaron con todos los documentos de ese estudio Heynowski & Scheumann", dijo sobre los documentales que están resguardados en Chile y que poseen las mismas imágenes que Herberg dice que le pertenecen, pero bajo la autoría de los alemanes.
"El material lo tienen, pero el material montado, en versiones de las películas de Heynowski & Scheumann que están basadas en todo el material que he rodado yo", aseguró.
Ante las acusaciones de que estaría buscando un provecho económico, reiteró que "esto sí que es de risa, yo llevo más de 35 años ofreciéndolo a Chile, precisamente al Museo de la Memoria, a Isabel Allende en la Fundación de Salvador Allende, a todos y que hubo, desinterés total".
"Yo no vendo mi trabajo, yo lo regalo, porque yo hice este trabajo a favor de Chile, para denunciar" lo que ocurría en la dictadura, aseguró.
"Mi provocación consiste precisamente en remover las conciencias, en remover este asunto, basta ya de dormir sobre los laureles, hay que moverlo", dijo, agregando que "ahora que se han enterado de este escándalo, ahora se despiertan, fenomenal, eso es lo que yo quería, eso en lo que yo estaba buscando".
"Este acto se hará el día 23 y 24 de marzo en Salamanca", asegurando que las copias se quemarán y los originales se enterrarán.
"Ese interés ha tardado 40 años en despertarse, ahora de repente quieren que no se haga, ahora es demasiado tarde. El material siempre se podrá desenterrar, si este interés persiste".
Cómo llegó a los campos de concentración
El cineasta relató que consiguió entrar a los campos de concentración cuando llegó a entrevistar a Augusto Pinochet, quien le negó que existieran dichos campos, pero "me autorizó a viajar en una avioneta por todo Chile".
El directos añadió que "yo le pregunto directamente (a Pinochet) que en Europa se dice que existen campos de concentración y él me repite, y está filmado, que es un invento de los marxistas, en ese momento e insiste en esto, pero después me hace una autorización escrita donde pone 'aproximarse a los campos de detenidos'".
"Entonces yo fui a Antofagasta y ahí me entrevisté con el general Lagos, este general me dijo que los prisioneros estaban bien, muy contentos y que estaban ahí por una temporada porque su camino estaba errado", relató,
"Entonces yo le dije que nadie de allá creería sus palabras si yo no podía filmar eso y él puso a disposición su helicóptero y así entré a Chacabuco".
Cuando llegó a los campos a filmar, contó el director, "mi reacción fue de horror, pero me lo tenía que tragar, mi deber era identificar a los prisioneros, darles nombres, darles caras, para que así luego, cuando yo pudiera sacar estos documentos, no pudieran seguir diciendo que estaban simplemente desaparecidos o escondidos, como decía Pinochet".
