Las inscripciones están en casi todos los ladrillos de un sector del monumento cercano a la capital y en ellas se pueden apreciar nombres de turistas y hasta obscenidades.
La prensa oficial china anunció este jueves el lanzamiento de una campaña para eliminar los grafitti que inundan los tramos más turísticos de la Gran Muralla, que incluirá operaciones de limpieza y programas de concienciación pública.
Dong Yaihui, vicepresidente de la Sociedad Gran Muralla (institución encargada de la protección de este patrimonio de la Unesco), denunció que en tramos como el de Badaling, el más cercano a Pekín y uno de los más populares, hay inscripciones de turistas en prácticamente todos los ladrillos del muro.
"Es un grave daño a la herencia histórica", aseguró Dong, quien destacó que la campaña "pedirá a la gente que sea consciente de la importancia de proteger no sólo la Gran Muralla, sino también otros patrimonios culturales".
Badaling es visitado cada año por cuatro millones de turistas chinos y extranjeros, entre ellos jefes de Estado de todo el mundo, que suelen incluir un paseo por la Gran Muralla en sus agendas oficiales.
Un reciente artículo del diario en inglés China Daily señalaba que algunos líderes chinos, al acompañar a delegaciones oficiales, se sentían tremendamente "avergonzados" por las inscripciones de la muralla.
La mayoría de las inscripciones suelen mostrar el nombre y fecha de los turistas que han visitado la muralla, aunque no faltan las obscenidades y palabras ofensivas.
Algunos de los grafitti datan de los años 50, y son ya casi parte de la historia de este gran muro de 6.000 kilómetros de largo, que comenzaron a construir los chinos hace 2.000 años para defenderse de las invasiones de los pueblos nómadas del norte de Asia. (EFE)
