Después de mucho batallar con médicos y autoridades, el antropólogo y responsable del servicio de siquiatría del hospital, Sergio Villaseñor, logró poner en marcha recientemente el proyecto "Etnopsiquiatría del occidente de México", que consiste en la combinación de la medicina moderna con la tradicional para curar enfermedades síquicas.
"Es una propuesta de mestizaje de recursos médicos. En la medicina tradicional hay recursos omnipresentes en México que dan solución a muchas angustias y se combinarán con recursos de la ciencia avanzada", explicó Villaseñor en un entrevista con EFE.
El objetivo es que los tratamientos para los indígenas con enfermedades mentales sean más eficaces, para lo cual es necesario conocer a qué se debe su dolencia y qué mecanismo considera necesario para aplacarla.
Villaseñor, doctorado en Antropología Médica por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, considera que si el paciente no se cree que el tratamiento al que es sometido va a funcionar, no sirve de nada.
"Por eso, es necesario adaptar la ciencia occidental a las condiciones de las culturas", explicó.
Por ejemplo, dijo, una paciente indígena llegó al hospital al borde de la locura y con un fuerte problema depresivo. La sometieron a un tratamiento moderno y en dos semanas mejoró, pero ella estaba convencida de que había sido "embrujada" y necesitaba una limpieza para deshacerse de la enfermedad, por lo que al poco tiempo recayó de nuevo.
"Si le hubiéramos hecho una limpieza, la paciente estaría curada porque pensaría que ya le habían quitado el embrujo, habría accedido a continuar con el tratamiento moderno y no habría recaído", señaló Villaseñor.
Comentó que, en algunas ocasiones, la participación de un chamán en el tratamiento de indígenas con enfermedades mentales es muy eficaz porque ayuda al paciente a enfrentarse con sus propios fantasmas.
"El chamán es capaz de alterar su estado de consciencia y llegar a un nivel sobrenatural. Según las creencias indígenas, el chamán trasciende lo natural y se comunica con las divinidades, que dan respuestas a nuestras angustias para que nos las comunique", explicó.
La actitud de un occidental o de un indígena ante la enfermedad es bien distinta, precisó, pues "un indígena con esquizofrenia piensa que ha sido embrujado, por lo que su espíritu debe limpiarse, o uno con depresión cree que perdió su alma y debe llamar a los espíritus para recuperarla", agregó.
El siquiatra aseguró que es un error ignorar las facultades curativas que pueden tener los chamanes o los curanderos, que basan sus tratamientos en combinaciones de una amplísima gama de hierbas.
Además, añadió, en un país como México, donde más de la mitad de la población suele recurrir a la medicina tradicional cuando tiene algún problema, es imprescindible conjugar la tradición con los avances de la medicina moderna.
Villaseñor reconoció que tuvo que vencer muchas resistencias de colegas e incluso de algunos curanderos para poner en marcha su innovador programa, que recibió el visto bueno de las autoridades mexicanas competentes el año pasado.
También admitió que, de momento, no tienen demasiados pacientes, pero confió en que la situación se revierta pronto, porque los miembros de su equipo de siquiatría ya están viajando a las comunidades indígenas para explicarles en qué consisten los tratamientos. (EFE)
