Relato de escritor chileno dedicado a Chapecoense fue destacado en Brasil

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Autor: Cooperativa.cl

El texto de Felipe Risco fue replicado en redes sociales.

Relato de escritor chileno dedicado a Chapecoense fue destacado en Brasil
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Felipe Risco es un escritor chileno, autor de "Angustiosa celebración", libro dedicado a la historia de Unión Española en dictadura, y en medio de los homenajes en memoria de quienes viajaban en el fatídico vuelo de Chapecoense le dedicó un poema.

El texto fue destacado en las redes sociales de Brasil e incluso un medio replicó el escrito, la cual hace un relato ficticio con los futbolistas fallecidos en Cerro Gordo.

Acá las líneas escritas por Risco.

¿Dónde está el sol avasallador que anunciaron para hoy los meteorólogos de la televisión?

Lo pregunto porque yo sólo veo nubes lúgubres a punto de explotar un llanto desconsolado

Tal vez sea el reflejo de mi aflicción que sin embargo no se traduce en lágrimas

Sino en palabras melosas que fluyen a borbotones en el amanecer más amargo del fútbol

¿Quién dijo que hoy está suspendida la final de la Sudamericana?

Simplemente se cambió el escenario

No se disputará en el Estadio Atanasio Girardot

Sino en la bendita cancha celestial

Allá, en el reino de los afortunados, corren los once héroes brasileros en el partido más importante de sus vidas

Mientras desde acá, desde este triste y miserable planeta Tierra, los alentamos miles de millones de hinchas que desde ayer en la madrugada vestimos sus camisetas verdes adheridas a la piel

Nos hemos sumado a esos 200.000 locos lindos de Chapecó

Y para conocer los pormenores de la final hemos enviado a 22 periodistas que nos estarán informando al instante

El partido comienza y los jugadores del Chapecoense se despliegan en la cancha con la motivación de quien está por conquistar el corazón de su primer amor

A los pocos minutos, el delantero Canela abre el marcador con una hermosa contorsión circense nunca vista en las canchas del mundo

Es un grito de gol que se escucha profundo desde el más allá, en el tangible minuto de silencio que se ha dispuesto en todos los estadios de este triste y miserable planeta Tierra

Ya en pleno segundo tiempo, cuando el rival busca desesperado el empate, el portero Danilo sorprende otra vez con una atajada memorable, emulando esa tapada divina con los pies de la semana pasada que los ha llevado a disputar este divino compromiso

En Chapecó, su hijito, también vestido de amarillo, festeja abrazado a su madre con sus diminutos y tiernos guantes de arquero.

Ahora Chapecoense hilvana un contragolpe bendito y Thiaguinho anota el 2-0

El autor del gol se dirige a la cámara de uno de los enviados especiales de la prensa, para dedicárselo a su hijo que viene en camino

El singular árbitro de barba y larga cabellera rubia toca el último pito y en consecuencia el Chapecoense es el nuevo campeón de la Sudamericana.

El relator Deva Pascovicci desliza el relato más emotivo del que se tenga recuerdo y sus lágrimas inundando su micrófono interfieren el sonido que llega desde el más allá

El bienaventurado plantel da la vuelta olímpica y desde las tribunas los apóstoles les lanzan flores de un color tan hermoso que nunca veremos en este triste y miserable planeta Tierra.

El soñador Sandro Pallaoro, el presidente del Chapecoense, describe conmovido el fulgurante ascenso de este modesto club y se funde en un abrazo eterno con el alma de sus jugadores

Parados en la tarima de una nube, el plantel campeón se apresta a recibir la premiación

Van pasando uno a uno al lado de la virgen que les coloca una corona de flores

Luego los ángeles les depositan las medallas en sus cuellos de gladiadores

Y finalmente Dios le entrega el trofeo de campeón al capitán Cléber Santana, quien lo pasa de mano en mano entre sus benditos compañeros.

El festejo prosigue en las calles del paraíso que se inunda de papeles verdes

Incluso, a los héroes de Chapecó los acompaña un sinnúmero de palomas blancas que llevan una rosa de olivo adosada al pico

Allá, en el reino de los afortunados, todo es alegría y bendición

Mientras acá, en este triste y miserable planeta Tierra, los apesadumbrados futboleros sólo esperamos que nos traigan la copa para recuperar las ganas de vivir…

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