La actriz, que recibirá un homenaje a su trayectoria profesional en la quinta edición del Festival Internacional de Cine, dijo que la película "La semilla del diablo", del director polaco, fue una de sus mejores realizaciones.
La actriz norteamericana Mia Farrow aseguró este sábado en la isla atlántica de Gran Canaria que "la experiencia cinematográfica más satisfactoria" de su vida fue junto al director de cine polaco Roman Polanski y no con su ex esposo, el realizador Woody Allen.
Farrow se encuentra en Las Palmas para recibir un homenaje a su trayectoria profesional durante la quinta edición del Festival Internacional de Cine de la capital canaria.
La actriz, que alcanzó la fama gracias a los papeles interpretados en 1968 en "La semilla del diablo" de Roman Polanski y en "Ceremonia secreta", de J. Losey, ha trabajado con otros muchos directores, a los que también recordó durante la conferencia de la prensa.
Entre ellos se encuentran Jack Clayton ("El gran Gatsby", 1974), Robert Altman ("Un día de boda", 1978) o Richard Fleischer ("Terror ciego", 1971), además de Woody Allen, con quien estuvo unida sentimentalmente durante varios años.
Respecto a las películas de Allen en las que participó, destacó como su favorita "La rosa púrpura del Cairo" (1985) y aseguró que la etapa profesional con él fue muy productiva, aunque no todos sus filmes le agradan.
Mia Farrow está de visita en la capital Gran Canaria en compañía de su hijo James, de 16 años, nacido de su matrimonio con el músico Andre Previn.
La actriz que nació en 1945, manifestó que su vida profesional ha estado siempre marcada por el hecho de ser madre, pues es algo prioritario para ella desde que, a los 24 años, tuvo a su primer hijo.
Mia Farrow, hija del director de cine australiano John Farrow y de la actriz norteamericana Mauren O'Sullivan, aseguró que vivió una niñez "dorada" en Hollywood hasta que, siendo una niña, sufrió la poliomelitis.
Esa experiencia, dijo, la sacó de "la jaula dorada" en la que vivía y le puso cara a cara con el sufrimiento, al tiempo que le proporcionó una fuerza interior que le permitió identificarse con quienes sufren.
La enfermedad le sirvió de catalizador, según ella misma aseguró, lo que la hizo adoptar a varios niños con discapacidades físicas profundas.
Respecto a su actividad actual indicó que participa en pocas películas porque a su edad sólo le ofrecen papeles de madre o abuela y que, además, se encuentra muy ocupada con su familia y con sus labores como embajadora del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Sin embargo, dijo, estaría dispuesta a aceptar un papel que valiese la pena. (EFE)
