El genio de la música trasandina arrancó aplausos al preguntar si dentro de las ruinas del templo, construido por los españoles en el siglo XVIII, habitaba el Conde Drácula.
El músico argentino Charly García deleitó a sus seguidores en el primer concierto ofrecido en Guatemala en las ruinas de una vieja iglesia de La Ermita de la Cruz, en la colonial ciudad de Antigua.
Durante las casi tres horas que permaneció en el escenario, complació al público con la presentación de su última producción "Rock and Roll Yo", pero también hizo un extenso recorrido de sus principales éxitos musicales, y enloqueció a sus seguidores con su excéntrico comportamiento frente al micrófono.
El concierto, que en su mayoría fue presenciado por jóvenes de una creciente elite de clase media y alta influenciada por las corrientes musicales que llaman a la rebeldía y la liberación, fue realizado en el atrio de las ruinas de la iglesia.
Además, compartió chistes con sus fans, en dos ocasiones derribó sus teclados a manotazos, lanzó los micrófonos al suelo y destruyó su guitarra eléctrica.
Atendió el clamor del público al regresar en dos ocasiones, y después de interpretar la clásica de los ochenta "No voy en tren, voy en avión", abandonó el escenario sin decir adiós.
Durante los dos días que Charly permaneció en Guatemala, se negó a hablar con la prensa y desde que llegó al país, la tarde del pasado miércoles, se encerró en la habitación del hotel, y no salió hasta anoche, minutos antes del concierto. (EFE)
