La periodista expresó sus deseos de vivir y las ganas que tiene de que su embarazo concluya con éxito.
"Después de esto, seguramente voy a ser una mejor mujer y mamá", confía.
Javiera confiesa ser creyente y confía en un "milagro"
Un profundo impacto generó, hace poco más de un mes, la noticia del cáncer de Javiera Suárez. En su momento, la periodista sólo se remitió a confirmar el diagnóstico y pedir que "recen mucho", ya que además reveló que se encuentra embarazada.
Y ahora, por primera vez, la comunicadora se refirió en profundidad a su compleja situación en una entrevista con la Revista Cosas.
Allí, partió por aclarar que no padece específicamente un cáncer de mamas. "Es un melanóma en la pechuga, pero que también está en el hígado, en el pulmón y en distintas partes de los huesos", detalló.
¿En qué va su tratamiento hoy?
"Me están haciendo inmunoterapia, porque la quimioterapia convencional no mata a este tumor. Es una terapia bastante nueva, hace cinco años que existe, y ha tenido buenos resultados. La verdad es que no sé más y tampoco nos interesa, decidimos no saber de porcentajes, de estudios ni resultados, queremos enfocarnos de manera positiva", contó.
"Partí hace un mes. Son distintas dosis y el tratamiento es largo, creo que hasta diciembre. Lo he recibido muy bien. Te ponen un catéter y pasan una dosis que robustece tu sistema inmune, el que finalmente ataca a cada uno de los tumores" agregó.
Su príncipe azul
Previo a enterarse que el cáncer volvía a aparecer en su vida –tuvo un melanoma hace siete años que superó con éxito- la vida de Javiera pasaba por su mejor momento. Hace solo algunos meses se había casado con Cristián, en sus palabras, su "príncipe azul".
"Con Cristián, mi marido, tenemos un matrimonio increíble y me casé totalmente enamorada. En verdad, es de esos amores que yo siempre soñé. Creí en los cuentos de hadas y se me cumplió. Te dicen cáncer y yo pensé: "Cáncer de pechuga, lo que implica quimio, ¿Y qué pasa con la guagua?, ¿qué pasa si me muero...? Y ahí viene todo el susto", contó.
Tal es su amor por su marido que confesó sentirse agradecida "que esto me haya ocurrido a mí y no a Cristián, porque yo no podría aguantar verlo sufrir".
Suárez asegura que su pareja, médico cirujano, ha sido su gran sustento para enfrentar este proceso.
"Siempre he sentido una gran admiración por Cristián, pero hoy es aún mayor. Lo que más quiero en el mundo es poder estar sana con él (...) si hasta me apaña en mi dieta anticáncer, me contiene, y nunca me ha tratado como enferma, porque sabe que no me quiero sentir así, aunque lo esté".
Su embarazo: esperando un "milagro"
Javiera confiesa ser creyente y confía en un "milagro".
"Nunca pienso que haya sido Dios el que me mandó esta enfermedad, pero sí siento que está en sus manos que ocurra un milagro y que, de aquí a fin de año, yo no tenga ninguna de estas pelotitas en el cuerpo y que la guagua nazca sin problemas. Sé que, para que eso pase, tiene que ocurrir un milagro, y ya han ocurrido algunos pequeños, como que la guagua esté conmigo todavía, a pesar de todos los diagnósticos. En los próximos días vamos a saber cómo está y si es hombre o mujer".
¿Afecta su innovador tratamiento al desarrollo de su guagua?
"No hay muchos estudios de inmunoterapia y menos aún de mujeres embarazadas que se hayan realizado este tratamiento. Claramente, en algún minuto nos tuvimos que enfrentar a una situación muy difícil sobre qué hacer con la vida de la guagua", aclara.
"Decidimos privilegiar mi vida y seguir adelante con el tratamiento, sin embargo no interrumpiríamos el embarazo", confiesa.
"Nos hicimos una eco hace dos semanas y tenía diez semanas. Hasta ahora, pasó bien la primera dosis. Hablamos siempre con ella y yo solo le pido que resista y que se quede con nosotros", expresó.
En el cierre, Suárez se dio el tiempo para agradecer el impresionante cariño que ha recibido a partir de que se conoció su caso.
"Ha llegado ayuda y cariño por todos lados, y eso da fuerza. Y agradezco por todos los rezos y las buenas energías de todos (...) No me puedo permitir bajar los brazos, porque ¡lo que más quiero es vivir!.
