Crítica de series: El sólido y entretenido regreso de "Orange is the new black"

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Autor: Cooperativa.cl

La tercera temporada ya está disponible en Netflix.

La historia sigue a "Piper Chapman" y su tiempo en prisión, tras ser acusada de tráfico de drogas.

Crítica de series: El sólido y entretenido regreso de
 Netflix

Quizás "Lichtfield" no sea la mejor prisión del mundo, pero sus reclusas siguen siendo las más interesantes.

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Alerta de "spoilers": esta crítica repasa algunos detalles del nuevo ciclo. 

Las cosas no van bien en la prisión de mujeres de "Litchfield" durante la estadía de "Piper Chapman" (Taylor Schilling).

Su ex novia "Alex Vause" (Laura Prepon) regresa a la cárcel, un eventual cierre amenaza el futuro de la prisión, se dará término a algunas relaciones y personajes de importancia se despedirán.

Ese es solo el inicio de la tercera temporada de "Orange is the new black", la premiada serie exclusiva del servicio de streaming Netflix, que cuenta la historia de "Piper" y su llegada a una cárcel de mujeres tras ser acusada por tráfico de drogas junto a su ex novia.

Tras una segunda temporada más débil que su primer ciclo, el cual debutara en 2013, los nuevos capítulos parten inmediatamente mostrando las consecuencias de los eventos que ocurrieron en la temporada pasada, pero tomándose aquello con calma en un primer episodio enfocado en la celebración en prisión del Día de la Madre.

Mientras las reclusas conmemoran este día junto a sus hijos y familia, vemos en qué quedaron personajes como "Roja" (Kate Mulgrew), quien se recupera de una brutal agresión que le causó "Vee" (Lorraine Toussaint), la cual tuvo un fatal destino al final del ciclo pasado. La pelirroja rusa quiere recuperar su sitial en la cocina de la prisión y hará lo que sea necesario.

En tanto, "Nicky" (Natasha Lyonne) y "Big Boo" (Lea DeLaria) lidian con droga de la que no pudieron deshacerse; "Crazy Eyes" (Uzo Aduba) enfrenta la pérdida de "Vee"; y la inusual pareja de "Dayanara" (Dascha Polanco) y el guardia "John Bennett" (Matt McGorry) mantienen una relación frágil al no tener claro el destino del bebé que ella espera de él.

En medio de todo esto, "Piper" se vuelve a encontrar con "Alex" en prisión y una eventual reconciliación chocará con el hecho de que la primera tiene mucho que ver con que su ex novia regresara tras las rejas.

Y esto es solo el comienzo.

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"Roja" buscará retomar el control de la cocina de la prisión. (Foto. Netflix)

Consecuencias

En esta oportunidad y a diferencia de la segunda temporada, a la que le costó agarrar vuelo y no tenía un verdadero conflicto central que se desarrollara desde el inicio, este nuevo ciclo comienza sólido al presentar las consecuencias de lo visto en los capítulos pasados y marcar lo que será el futuro de la serie.

En sus primeros seis capítulos, la tercera temporada da foco a quiebres entre personajes, se despide de algunos muy importantes, cierra tramas y abre nuevos arcos argumentales, especialmente uno que tiene que ver con el futuro de la prisión de "Litchfield" y que afectará tanto a reclusas como funcionarios.

Como ya es tradición, en cada capítulo vamos conociendo en breves secuencias el pasado de varios personajes, algunos de los cuales eran bastante secundarios en temporadas pasadas, como la genial "Chang" (Lori Tan Chinn) y "Flaca" (Jackie Cruz). Esto nos muestra por qué son como son y cómo llegaron hasta la prisión, pero también genera algo que ya era tónica de los dos ciclos anteriores: "Piper" está lejos de ser el personaje más interesante de la serie, pese a ser el foco central de la historia y plantearse ahora un eventual nuevo interés amoroso con la llegada al elenco de Ruby Rose como "Stella Carlin".

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"Piper" junto a "Stella Carlin", personaje que se presenta como un eventual nuevo interés amoroso. (Foto: Netflix)

"Big Boo", "Roja", "Crazy Eyes", "Chang", "Nicky", "Dayanara", "Pennsatucky", por mencionar algunos, son personajes más atractivos y como espectador uno quiere seguir conociendo más de ellas. Ahí es donde juega bien el montaje, dando el tiempo necesario a cada una para desarrollar sus historias, sin extenderse.

La producción creada por Jenji Kohan (de la serie "Weeds") y que se basa en las memorias de Piper Kerman, mantiene la calidad y la entretención de las dos temporadas anteriores y en su primera mitad logra cerrar historias, despedir personajes y presentar nuevos arcos argumentales, algo que se agradece en tiempos donde muchas series buscan extenderlo todo.

Tampoco se extrañan las bajas de Jason Biggs y Pablo Schreiber en el elenco, que interpretaban a "Larry Bloom" -ex novio de "Piper"- y "Mendez", el guardia del bigote. Se entiende que sus historias están contadas y, de momento, no es necesario retomarlas.

Lo importante: los personajes

Aquí el foco sigue siendo lo importante: los personajes. Sin ellos, ni las excelentes actuaciones de un elenco sobresaliente, la serie no sería la misma ni tendría el fiel número de espectadores que posee.

Las mujeres con problemas reales, palpables, que muchas veces se ven obligadas a caer en el crimen o simplemente cometieron un error; y los hombres que -la mayoría de las veces- no tienen idea de qué hacer o hacen todo mal, sumado a aquellos que tratan de dar lo mejor.

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Las mujeres de "Orange is the new black" se sienten reales, sin caricaturas. (Foto: Netflix)

Pero las mujeres de "Lichtfield" son las que sobresalen. Esos pequeños relatos suyos son tan "reales" que es difícil no generar empatía aunque sea con una de ellas, celebrando con sus pequeños triunfos y sufriendo con sus tragedias y pesares. Se sienten reales, sin caricaturas, con gran sentido del humor y genuinas personalidades.

Quizás "Lichtfield" no sea la mejor prisión del mundo, pero sus reclusas siguen siendo las más interesantes. Y las más entretenidas también.

Todos los capítulos de la tercera temporada ya están disponibles en Netflix. Ya se confirmó un cuarto ciclo, aún sin fecha de estreno.

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