Tras lograr un acuerdo con la familia, los restos de Rudolf Hess fueron removidos y serán incinerados.
Grupos de ultraderecha consideraban al nazi un "martir" y lo homenajeaban todos los años.
Las autoridades de Baviera decidieron desmantelar la tumba de Rudolf Hess (lugarteniente de Adolf Hitler muerto en 1987 como último reo de la cárcel berlinesa de Spandau) para acabar con las repetidas peregrinaciones que grupos neonazis realizan rumbo a ese lugar.
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| Hess se suicidó en 1987, a los 93 años de edad, tras pasar casi medio siglo recluido. (Foto: EFE) |
Tras largas negociaciones, la familia accedió ahora al traslado deseosa de que con ello se ponga fin a las marchas de neonazis. Los restos mortales de Hess fueron retirados de su tumba la noche de miércoles, coincidiendo con el 67° aniversario del fallido atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944, cuando un grupo de oficiales encabezados por Claus Schenk von Stauffenberg intentó matar al dictador.
La fecha se conmemora en Alemania como el símbolo de la resistencia contra Hitler y fue asimismo la elegida para el traslado de los restos de Hess, que -de acuerdo con la familia- serán incinerados para posteriormente esparcir las cenizas en alta mar.
La tumba de Wunsiedel era lugar anual de peregrinaje para los neonazis, con motivo del aniversario del suicidio de Hess, el 17 de agosto de 1987, a los 93 años de edad, como el último reo de la cárcel de Spandau, Berlín, donde bajo custodia de los aliados cumplía una cadena perpetua dictada en los Procesos de Nuremberg y había pasado 46 años.
Debido a su larga prisión, en los ambientes neonazis era considerado una especie de mártir, y por esto su tumba se convirtió en lugar de veneración de la ultraderecha.
Las autoridades locales se habían visto frecuentemente confrontadas con la tarea de tener que controlar marchas de neonazis. En 2005, el Parlamento federal (Bundestag) prohibió explícitamente toda concentración en el lugar, pero ni así se evitaron nuevos actos provocadores de la ultraderecha.
