Los restos estaban en el denominado Pozo de Arana.
Es la primera vez que se encuentran entierros en un centro clandestino.
Miles de trozos de huesos humanos calcinados fueron encontrados en uno de los centros clandestinos de detención que funcionaron durante la última dictadura argentina (1976-1983), por especialistas del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
Los restos óseos humanos fueron hallados en el denominado Pozo de Arana, en la ciudad de La Plata (60 kilómetros al sur de Buenos Aires), unas dependencias policiales que se utilizaban como cárcel ilegal durante el régimen militar.
Miembros del equipo precisaron que fueron descubiertas en el lugar 15 fosas, cuatro de ellas con restos óseos con un alto nivel de cremación, lo que hará difícil identificar a quiénes pertenecen los huesos.
"Es un aporte enorme a la verdad el tener las pruebas de lo que ha sido un centro de detenidos", dijo a la prensa el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Carlos Stornelli, al asistir al acto de presentación del informe de las excavaciones en el Pozo de Arana.
El Equipo Argentino de Antropología Forense trabajó entre febrero y septiembre últimos en el lugar y el martes presentó sus conclusiones ante el juez Arnaldo Corazza.
En una rueda de prensa, la secretaria de Derechos Humanos bonaerense, Sara Derotier de Cobacho, reveló que además de "más de 10.000 fragmentos de huesos humanos calcinados" se encontró en el sitio un "paredón" con cerca de 200 impactos de bala, posiblemente utilizado para fusilamientos.
"Es la primera vez que en el país se encuentran entierros en un centro clandestino de detención", destacó la funcionaria, quien adelantó que pretende transformar el lugar en un "museo de la memoria".
El hallazgo de restos óseos corrobora testimonios judiciales de sobrevivientes del Pozo de Arana, que aseguraron que en ese centro clandestino las víctimas eran quemadas con neumáticos y combustible y luego las cenizas eran enterradas allí mismo.
La presidenta de la línea fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Tati Almeida, declaró que con el hallazgo está "la prueba entre otras cosas de lo que macabro que ha sido esto, es tan importante, muy doloroso pero muy importante para esa verdad que hace años venimos exigiendo y, por supuesto, la justicia legal, no por mano propia".
El Pozo de Arana, que ahora es una comisaría, estaba en tiempos de la dictadura bajo jurisdicción del jefe de la policía bonaerense, general Ramón Caps, mientras que el mando operativo lo tenía el director general de Investigaciones, Miguel Etchecolatz, quien fue condenado a reclusión perpetua por crímenes en ese lugar y otros de lesa humanidad.
El principal testigo en los casos contra Etchecolatz fue Julio López, quien permanece desaparecido en Argentina hace casi dos años.
Según cifras oficiales, 18.000 personas desaparecieron en la última dictadura militar argentina, aunque las organizaciones de derechos humanos elevan la cifra a 30.000.
