El caso de Graciela Guardia, de 46 años, causa polémica en Argentina.
Una orden judicial no logró acelerar el despacho.
El Gobierno de Cristina Fernández ha impulsado la restricción a las importaciones para estimular la economía interna.
Graciela Guardia, una mujer argentina de 46 años enferma de un cáncer de mama, falleció mientras esperaba que la aduana liberara el TDM 1 Kadcyla, un fármaco oncológico importado necesario para continuar su tratamiento.
Según informaron este miércoles medios locales, la mujer murió hace una semana, tras seis años de lucha contra la enfermedad. Recibía tratamiento a través del Programa Oncológico del Servicio de Salud público de la Provincia de Mendoza, donde residía, pero había tenido que suspenderlo en diciembre debido a su retención.
Ante el empeoramiento de su estado de salud, un juzgado argentino obligó al Estado a proveerle el medicamento, pero el producto permaneció un mes más en la aduana y llegó cuando el estado de Guardia ya era terminal.
En el dictamen judicial, la magistrada a cargo de la causa había advertido que "el no aplicar un determinado tratamiento durante un período de tiempo puede acarrear consecuencias que luego resulten irreversibles o de muy difícil reversión".
El marido de Guardia, Osvaldo Quiroga, aseguró que siempre tuvieron "problemas con la provisión del medicamento" debido a las restricciones a las importaciones que rigen en Argentina y que desde el Gobierno provincial "se preocuparon más por el sepelio" de su esposa "que por conseguir los medicamentos".
"Unos días antes de que muera mi esposa finalmente llegó el medicamento. Eso es lo que más bronca (rabia) me da, porque a esa altura ya no pudimos suministrarla. No había forma de aplicarla, el estado de Graciela era terminal", declaró el viudo al portal Vox Populi.
Quiroga anunció que iniciará acciones judiciales contra el Estado.
Las fuertes restricciones a la importación han marcado la estrategia económica del Ejecutivo de Cristina Fernández, especialmente desde 2011, con el objetivo de estimular la industria doméstica y frenar la liquidación de las reservas de dólares que acelera la devaluación del peso argentino.
