El mandatario insiste en su tesis del "ataque" por parte de un sujeto de origen chileno y aseguró que hasta su madre ha sido amedrentada.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, dijo que no le teme "a nada", al aludir al presunto "atentado" que el fin de semana sufrió una residencia de su propiedad en el sur del país, y aseguró que él y su familia reciben amenazas a diario.
"La democracia se defiende en las urnas", enfatizó el jefe del Estado en un acto en la sede del gobierno.
Kirchner afirmó que es amenazado "diaria y cotidianamente por muchas cosas" que ha emprendido, entre las que mencionó su política de derechos humanos, y comentó que, incluso, las intimidaciones han alcanzado a miembros de su familia.
"Ahora se les dio por amenazar a mi mamá, aunque mi 'vieja' me dice que no me preocupe, porque tiene 86 años y ya vivió demasiado", admitió el mandatario.
Según el gobierno santacruceño, el sábado el conductor de un camión -un chileno nacionalizado argentino- inició una "violenta" carrera en la que dejó a seis personas heridas y embistió a unos 10 automóviles, para luego intentar incrustar el vehículo en la casa del jefe del Estado.
Sin embargo, unos metros antes, el protagonista del episodio, identificado como José Walter Mansilla Alarcón, de 33 años, perdió el control del vehículo, volcó y fue detenido por la policía.
Kirchner también apuntó contra los dirigentes políticos que han dudado sobre la veracidad del atentado.
"Si me tiran un camión contra mi casa fue de casualidad. En cambio, si eso le hubiera pasado a cualquier dirigente opositor, dirían que falta seguridad o que fue un atentado", opinó.
Horas antes, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, insistió en que el fin de semana hubo un intento de "atentado" contra el presidente del país, mientras la oposición dijo que el episodio genera "dudas".
Fernández señaló que el chileno nacionalizado argentino que el sábado intentó embestir el camión que manejaba contra la vivienda de Kirchner en la sureña ciudad de Río Gallegos "comprende la criminalidad de sus actos".
Además, el funcionario negó haber vinculado con el hecho a sectores de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) de la provincia de Santa Cruz, la tierra natal del gobernante argentino.
El domingo, Fernández que había acusado a la UCR provincial de "generar un clima de intolerancia" en Santa Cruz, donde desde hace semanas sectores de la oposición exigen la renuncia del gobernador, Carlos Sancho, y hay numerosos conflictos salariales.
"Un verdadero disparate las expresiones del ministro, que tendría que recurrir al diálogo en lugar de a los agravios", consideró el radical Héctor Roquel, alcalde de Río Gallegos, capital de Santa Cruz y situada 2.500 kilómetros al sur de Buenos Aires.
Sobre el episodio registrado frente a la residencia particular de Kirchner, Roquel declaró que "origina las dudas de prácticamente toda la comunidad esto que se está calificando como atentado".
Para el ministro Fernández, "acá hubo un hombre que trató de meter un camión en la casa del presidente".
"No hay un accidente, hay un itinerario elegido, un camino elegido, que no pudo llevarse a cabo por la fortuna de que no sabía manejar un camión con acoplado", añadió.
El funcionario definió a Mansilla Alarcón como "un activista radicalizado", y sostuvo que "no es un loco" porque "las pericias siquiátricas dicen todo lo contrario".
Dijo que "estuvo en todas las marchas" efectuadas por los docentes de Santa Cruz, que este lunes iniciaron una nueva huelga en demanda de aumentos salariales.
Por el contrario, el fiscal Andrés Vivanco, que investiga la causa, informó hoy de que Mansilla Alarcón padece de "sicosis paranoide con delirio", por lo que necesita "medicación y hospitalización". (EFE)
