Las acusaciones de Gustavo Béliz contra "elementos mafiosos" que estarían dentro de entidades de seguridad, del Gobierno y la Justicia, le costaron su salida del Gabinete trasandino.
El presidente argentino, Néstor Kirchner, cesó la noche del sábado 24 de julio al ministro de Justicia, Gustavo Béliz, y nombró para reemplazarlo a Horacio Rosatti, en lo que constituye la primera crisis de Gabinete desde que asumió en mayo de 2003.
Según confirmó este domingo el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, Kirchner también desplazó de su cargo al secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantín, y designó en su lugar a Alberto Iribarne.
La destitución de Béliz se produjo dos días después de que acusara a "elementos mafiosos" enquistados en la policía, el Poder Judicial, los servicios de inteligencia del Estado -conducidos por un allegado a Kirchner- de buscar su salida del Gobierno.
"Los dichos de Béliz fueron determinantes para su final", aseguró Fernández, según el diario La Nación.
Por su parte, Béliz sostuvo a la prensa argentina que este desenlace es "el costo de decir la verdad".
"Me metí con el aparato más oscuro de Argentina, que es la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE)", subrayó.
La crisis en el Gobierno argentino se desató la última semana, aunque tiene su origen en los graves incidentes registrados el 16 de julio durante una manifestación de protesta frente a la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires.
El detonante de los rumores y acusaciones fue la manifestación de hace dos viernes contra un nuevo código de convivencia pendiente de aprobación por la Legislatura porteña.
Los manifestantes, entre ellos travestis y prostitutas, causaron graves destrozos en el edificio sin que la policía interviniera, en razón de la política del Gobierno de no reprimir protestas sociales.
La decisión del presidente fue tomada tras su regreso, en la tarde sabatina, de su gira por Bolivia y Venezuela, junto a parte de su Gabinete. (EFE)
