La ciudad recuperó la normalidad tras cuatro días de protestas llevadas a cabo por campesinos que exigen la dimisión del gobernador del departamento, Manfred Reyes.
La ciudad boliviana de Cochabamba, en el centro del país, amaneció con tranquilidad aunque sigue aislada por los obstáculos en las carreteras que todavía no han sido levantados.
La ciudad recuperó la normalidad en el tráfico urbano y las demás actividades tras cuatro días de bloqueos llevados a cabo por campesinos que exigen la dimisión del prefecto (gobernador) del departamento, Manfred Reyes.
Sin embargo, en las carreteras sigue habiendo piedras, troncos y otros obstáculos que impiden los viajes hacia y desde otras ciudades, informaron fuentes de la Unidad de Tránsito de la Policía local.
El bloqueo fue levantado el viernes por dirigentes de los sindicatos de campesinos productores de coca del Chapare, la región tropical de Cochabamba, como una concesión para entablar el diálogo con las autoridades.
Al mismo tiempo, los manifestantes que llegaron hace una semana desde otras provincias se han retirado de la plaza de armas, donde se encuentra el edificio de la Prefectura y la Policía recuperó el control.
En varios lugares de la ciudad, además, soldados del Ejército apoyan la vigilancia mientras los vecinos reinician sus actividades.
En la terminal de autobuses, centenares de pasajeros esperan que las empresas de transporte reanuden sus servicios, los vendedores empiezan a abrir sus puestos en el mercado y comienza a verse a algunos compradores. (EFE)
