Los choques entre dos grupos que reclaman el control de una mina de estaño dejaron unos 10 muertos, tras lo cual las negociaciones llegaron a buen término.
El Defensor del Pueblo de Bolivia, Waldo Albarracín, anunció que la noche del jueves logró un acuerdo para terminar los violentos enfrentamientos entre dos sectores mineros por el control de un yacimiento de estaño, que dejaron una decena de muertos y medio centenar de heridos.
En declaraciones a medios locales desde el pueblo de Huanuni, donde se produjeron los choques, con uso de armas de fuego y dinamita, Albarracín explicó que las dos partes se comprometieron a suspender las hostilidades.
"Garanticemos que a partir de este momento Huanuni viva en tranquilidad. Si garantizamos eso, de que no va haber ni una bala más, ningún muerto, ningún choque, nada de violencia, lo otro (encontrar soluciones definitivas a la disputa) va a ser más fácil", dijo el Defensor del Pueblo.
Sin embargo, según periodistas que están en la zona, durante la última noche continuaban escuchándose detonaciones en esa ciudad, del departamento andino de Oruro, 288 kilómetros al suroeste de La Paz.
Agregaron que Huanuni está sin energía eléctrica y muchos mineros, sin radio ni televisión, pueden no haberse enterado del acuerdo.
Con Albarracín viajó a la zona del conflicto el presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Guillermo Vilela.
El ministro de Trabajo, Alex Galvez, confirmó además que dirigentes de los sindicatos de la empresa minera estatal Conmibol en Huanuni y líderes de los cooperativistas que les disputan el yacimiento de estaño firmaron un documento en el que se comprometen a dialogar.
El Gobierno de Bolivia confirmó oficialmente que nueve personas murieron y más de 40 resultaron heridas en los enfrentamientos, pero los medios informativos mencionan hasta 14 fallecidos y cerca de 100 heridos.
El vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, aseguró en La Paz que los dos bandos "actuaron violentamente" por la "codicia" de controlar los ricos yacimientos de estaño de la zona, que se han convertido en una "maldición".
García Linera negó las acusaciones de líderes sindicales y políticos de que el Gobierno, que preside el socialista Evo Morales, es culpable de la situación por no haber resuelto a tiempo el conflicto.
Aseguró que Huanuni no será militarizado, como piden los empleados de la empresa minera estatal, porque sería "echar gasolina al fuego".
El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y su colega de Trabajo viajaron en helicóptero hasta Huanuni con Albarracín y Vilela, pero sólo estos dos estuvieron en la firma del acuerdo de cese de hostilidades.
El enfrentamiento comenzó a media mañana del jueves, cuando acabó una asamblea de varios centenares de mineros de cooperativas de la región, que decidieron ocupar a la fuerza la mina de Comibol.
Como los mineros asalariados se atrincheraron en su campamento, los cooperativistas iniciaron un cerco que derivó en el ataque con dinamita desde ambos lados, según relataron obreros, vecinos y periodistas del lugar.
El líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, responsabilizó del suceso al gobierno y anunció para este viernes una reunión de la directiva sindical nacional para adoptar medidas, entre las que no se descarta una huelga general. (EFE)
