Unos 50 dirigentes cívicos de la región oriental de Santa Cruz, motor económico de Bolivia, comenzaron una huelga de hambre contra el presidente Evo Morales, sumándose a la que siguen desde la pasada semana cerca de cien líderes y militantes del partido centrista Unidad Nacional (UN).
De esta forma, la oposición escenifica su rechazo a que la mayoría oficialista en la Asamblea Constituyente apruebe los artículos de la nueva Carta Magna sólo por mayoría, desconociendo que la legislación vigente prescribe que debe hacerlo por dos tercios de los votos.
La decisión de Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) ha dado lugar también a que todos los partidos de la oposición se retiren del Congreso, bloqueando sus sesiones.
La Asamblea de la Cruceñidad, máxima reunión de las entidades no gubernamentales del departamento, acordó anoche unirse a la huelga de hambre, "en defensa de la democracia y el estado de derecho".
El portavoz del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Daniel Castro, aseguró que 15 mujeres de la entidad y 30 representantes de la Central Obrera departamental se sumaron ya a la huelga de hambre.
Por su parte, miembros de las juntas vecinales de la región lo harán a lo largo del día, en tanto que la Federación de Campesinos cruceña pretende adherirse a las protestas con un bloqueo de caminos.
El pasado martes, miles de habitantes de Santa Cruz protagonizaron una marcha para exigir a Morales que tenga en cuenta a la oposición en la Asamblea, que no gobierne sólo para el MAS, y recordarle la petición de autonomía regional respaldada por cuatro de los nueve departamentos bolivianos en el referendo de julio pasado. (EFE)