El almirante Luis Aranda afirmó que los uniformados no tendrán ninguna actitud que pueda ser interpretada como un intento golpista, pero asumió que "hay un riesgo de enfrentamiento entre bolivianos".
Las Fuerzas Armadas de Bolivia aseguraron que no hay ningún riesgo de una asonada militar que pueda poner fin a la crisis política y social que vive el país, tras la renuncia del presidente Carlos Mesa y la demanda de nacionalización de los yacimientos de gas y petróleo, así como la realización de una Asamblea Constituyente.
El comandante en jefe de las FF.AA. bolivianas, almirante Luis Aranda, señaló que "lo que queremos es que se haga una reflexión y una interpretación del sentir del pueblo", a la vez que agregó que aunque no quería usar el término "guerra civil", efectivamente "hay un riesgo de enfrentamiento entre bolivianos".
"Nuestra posición tiene que ser objetiva, nuestra posición debe ser de absoluto respeto a la Constitución Política del Estado, y no solamente lo estamos pidiendo al pueblo, a los que están en protesta, sino que también exhortando, con todo respeto, a los miembros del Congreso", señaló el oficial.
Aranda enfatizó que "vamos a defender una sucesión democrática y concertada, de acuerdo a la ley (...) nosotros no emitimos opinión sobre cual debe ser la posición que asuma el Congreso, sólo pedimos que ésta se enmarque en lo que dispone la Constitución".
En una conferencia de prensa, el titular de las FF.AA. bolivianas señaló que éstas están en "alerta máxima", con el objetivo de "preservar la integridad" de la nación.
"Ustedes nos pueden ver, estamos con nuestros trajes de campaña, en nuestros cuarteles, a la espera de que todo lo que acontezca esté en el marco de la democracia y la Constitución", expresó Aranda, quien concluyó que la milicia tratará de actuar "con serenidad, con profesionalismo, para evitar derramamiento de sangre entre los bolivianos".
