El paro que comenzó el lunes 10 de enero consiguió que se cancelara el contrato con una sanitaria transnacional, pero el paro continúa tanto en la ciudad vecina a La Paz como en Santa Cruz.
Para atender la principal demanda regional de El Alto, el presidente Carlos Mesa decidió terminar con el contrato de concesión con la empresa Aguas del Illimani a través de una ruptura concertada, para evitar el pago de una indemnización.
Sin embargo, el anuncio de la derogación del contrato con esta firma no logró levantar los bloqueos vecinales, que desde el lunes 10 de enero afectan a la ciudad boliviana cercana a La Paz.
El mandatario pidió a los manifestantes evitar acciones de violencia contra las instalaciones de la empresa, para que no se utilice como argumento y demande una reparación por falta de seguridad para sus inversiones en el país.
Mientras las autoridades intentan resolver el conflicto en El Alto mediante esta propuesta, la ciudad de Santa Cruz, la más importante de Bolivia en términos económicos, está paralizada por segundo día.
Los bloqueos de calles y la paralización de actividades en Santa Cruz fue convocada por un Comité Cívico liderado por grupos empresariales privados que exigen que se deje sin efecto el alza a los combustibles que rige desde el 31 de diciembre de 2004.
Una serie de decretos emitidos por el Gobierno a favor de los empresarios y la región de Santa Cruz ha sido insuficiente para detener la protesta.
Los dirigentes de esta movilización rechazaron el contenido de esos decretos e insisten en la reconsideración de los nuevos precios de combustible, e incluso exigen la renuncia del presidente de la República. (Agencias)
