Gran parte de la población de la capital boliviana y de El Alto no pudo movilizarse por el bloqueo de algunas calles por grupos de manifestantes.
Las ciudades bolivianas de La Paz y El Alto afrontan el inicio de un paro de dos días de sindicatos de choferes que se sumaron a las presiones para exigir al Congreso la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Gran parte de la población de ambas urbes no pudo movilizarse para cumplir con sus actividades debido al paro y al bloqueo de algunas calles por grupos de manifestantes que impiden el tránsito y agreden a conductores que no acatan la medida de presión.
En el resto del país continúan los bloqueos de rutas, que se extendieron a algunos departamentos que hasta el pasado miércoles 1 de junio no habían sufrido los cortes.
En el oriente del país, la vía principal entre los departamentos de Santa Cruz y Beni amaneció bloqueada, según medios locales.
En otros, como el de Cochabamba, las medidas de fuerza en las rutas se intensificaron en apoyo a las demandas reclamadas en La Paz por sectores sociales.
La ministra de Trabajo, Audalia Zurita, declaró a los medios locales que el Gobierno instruyó a las entidades públicas para que sean tolerantes con los retrasos en el ingreso de los funcionarios.
La autoridad abogó porque el sector privado también sea comprensivo con sus empleados debido a las dificultades para transitar en una nueva jornada de protestas.
El viceministro de Gobierno (Interior), Adrian Oliva, confirmó que el paro de transporte afecta especialmente a El Alto, cuyas organizaciones vecinales convocaron la semana pasada a una huelga indefinida que tuvo hasta ahora un escaso cumplimiento.
Los dirigentes vecinales reclaman la nacionalización del gas, además de la convocatoria a una asamblea constituyente.
Los partidos con representación en el Parlamento continuarán este jueves las reuniones iniciadas la noche del miércoles para concertar la convocatoria a la elección de constituyentes y un referendo autonómico. (EFE)
