"No pasa por mi cabeza la idea de dejar el cargo", sentenció Carlos Mesa, quien afirmó que mantendrá la templanza y el diálogo para evitar víctimas en los desórdenes populares.
El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, anunció que cumplirá con su mandato, que concluye en agosto de 2007, pese a las presiones generadas por las protestas, los rumores de golpe de Estado y las críticas a su gestión.
En un discurso pronunciado en la ciudad sureña de Sucre, Mesa pidió al Congreso que convoque un referéndum autonómico y una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna, dos de las principales cuestiones a debate en el país.
Los ciudadanos que se manifiestan desde el lunes 23 de mayo en las ciudades occidentales de La Paz y El Alto, saldadas este martes con algunos heridos leves y varias detenciones, reclaman la nacionalización del gas natural y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, en cuyo seno, a su juicio, debe debatirse el régimen autonómico.
El mandatario se dirigió a la ciudadanía tras varios días de silencio y después de permanecer durante la mitad de la jornada en el Palacio de Gobierno de La Paz, mientras grupos de manifestantes se enfrentaban a la policía en su intento de acceder a la plaza donde tienen su sede los poderes Ejecutivo y Legislativo.
En su discurso en Sucre, con motivo del aniversario 196 de la gesta libertaria de la capital constitucional, Mesa dijo que "tiene un mandato constitucional que fenece el 6 de agosto de 2007" y que le "obliga" ante los ciudadanos.
"Estoy cumpliendo mi deber y lo haré sin dudar un solo momento hasta el último día de mi mandato. No pasa por mi cabeza la idea de dejar el cargo", añadió.
El gobernante boliviano accedió al poder el 17 de octubre de 2003 en sustitución de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien dimitió al no poder controlar una ola de protestas que se saldó con 60 muertos.
En su alocución, Mesa defendió precisamente su vocación de paz como mecanismo para asegurar el desarrollo en el país y aseguró que mantendrá la templanza y el diálogo en el manejo del poder para evitar víctimas mortales, como ha hecho en los 19 meses de gestión.
Asimismo ironizó sobre los rumores surgidos en los últimos días sobre supuestos planes de golpe de Estado en un país donde este tipo de anuncios son frecuentes, pese a que la democracia se restableció en 1982.
Curiosamente, las versiones sobre intentonas golpistas fueron avaladas el lunes 23 por el Ministro de Gobierno (Interior), Saúl Lara, quien habló de grupos que buscan contactos con las Fuerzas Armadas.
Mesa reclamó además "cerrar" la página de una polémica ley petrolera promulgada la semana pasada para aumentar los tributos a las compañías que operan en Bolivia, en su mayoría extranjeras, y que no satisfizo a los sindicatos que protestan estos días en demanda de mayores beneficios del negocio para el país.
Pidió además que se respete el pedido de referéndum autonómico de la región oriental de Santa Cruz, avalado por la recogida de un número necesario de firmas, y que, ante el temor de que el Congreso lo rechazara, fue convocado de forma unilateral -e ilegal- por los líderes de esa región.
Demandó a los parlamentarios que aceleren la aprobación de la ley que permitirá la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente.
"No hay en consecuencia, ni debe haber, exclusión entre referéndum autonómico y Asamblea Constituyente", opinó el mandatario, al pedir al Congreso que establezca las fechas de ambas consultas, aunque no aclaró cuál debe realizarse antes, uno de los motivos de las disputas. (EFE)
