La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, dijo este martes que cree "que hay un componente fuerte" de machismo detrás del proceso que la puede llevar a perder el cargo y aseguró que "este no pasaría si el presidente fuera un hombre".
En una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, Rousseff afirmó que en el trámite para un juicio político percibe "varios tipos de violencia" y aseguró que "hay mezclado también un alto grado de prejuicios" que vinculó a su condición de mujer.
"Creo que hay un componente fuerte" de machismo, indicó la jefa de Estado, quien citó reportajes aparecidos en la prensa local que calificó de "misóginos" y ofensivos con las mujeres.
"Han dicho que estoy nerviosa, histérica, desequilibrada y hasta han insinuado que soy autista", apuntó la presidenta, quien aseguró que esos calificativos no habrían sido usados con un hombre.
"No soy de desesperarme. Tengo capacidad de lucha. Soporté la dictadura y la tortura. Pero lamento profundamente el alto grado de prejuicios contra las mujeres", declaró.
Comenzó el trámite en el Senado
En tanto, el Senado espera instalar el próximo 26 de abril la comisión especial que analizará el proceso para un juicio político contra la presidenta brasileña, según informó durante la presente jornada el presidente de ese órgano legislativo, Renán Calheiros.
El trámite en el Senado comenzó hoy mismo, con la lectura de un informe remitido por la Cámara de Diputados, que el pasado domingo votó por la continuidad del proceso que puede llevar a la destitución de Dilma.
Tras la lectura del informe de los diputados, los partidos representados en la Cámara alta tendrán un plazo de 48 horas para elegir a los 21 miembros de esa comisión especial, que durante 10 sesiones debatirá el asunto y elaborará un informe que será discutido luego por el pleno del Senado.
"Si los partidos designan a los miembros de la comisión antes de que pasen esas 48 horas, la instalación podría adelantarse", dijo Calheiros, pero aclaró que algunas de las formaciones representadas en el Senado ya han manifestado que usarán ese plazo.
Si el pleno de la Cámara Alta respaldara la apertura del juicio político, Rousseff será separada del cargo mientras dure el proceso y será reemplazada por el vicepresidente Michel Temer, durante los 180 días que puede durar el trámite.
En caso de que la destitución fuera confirmada por el Senado, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
La acusación contra Rousseff se fundamenta en unas maniobras contables ilegales para maquillar los resultados del Gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública.
