Dilma Rousseff asumió el camino hacia la segunda vuelta agradeciendo a Lula da Silva

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Autor: Cooperativa.cl

La candidata oficialista de las presidenciales dijo que afrontará el balotaje con "mucha garra y energía".

El domingo se impuso al resto de los competidores con el 46,7 por ciento de los votos.

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La candidata oficialista a la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, que obtuvo un 46,7 por ciento de los votos en las elecciones celebradas el domingo, afirmó que encarará "con mucha garra y energía" la segunda vuelta ante el opositor José Serra, que logró el 32,6 por ciento de las preferencias.

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Para los analistas, el actual mandatario jugará un papel vital en las próximas semanas. (Foto: EFE)
"Considero esta etapa un momento muy especial en mi vida", dijo la abanderada del Partido de los Trabajadores (PT), ungida candidata por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le dedicó un "agradecimiento muy especial" por el apoyo que le ofreció en la campaña para la primera vuelta electoral.

En un breve pronunciamiento ante la prensa, en el que no fueron aceptadas preguntas, Rousseff dijo que en la segunda vuelta que deberá disputar el próximo día 31 de octubre tendrá "oportunidad" de "detallar mejor" sus propuestas para "la erradicación de la miseria y el desarrollo del país con elevadas tasas de crecimiento".

La candidata del PT afirmó que esas propuestas apuntan a "lograr que los 190 millones de brasileños puedan disfrutar las riquezas del país" y que el crecimiento económico sirva para "garantizarle a todo el conjunto de la sociedad unas condiciones de vida adecuadas".

Rousseff, que se mostraba visiblemente cansada tras la intensa jornada electoral, valoró el hecho de que los comicios se realizaran "dentro de la más absoluta normalidad", lo que supone "un momento importante para la vida democrática del país".

El "factor Lula"

Según coinciden los analistas, tras el resultado de las elecciones del domingo y el necesario balotaje del 31 de octubre, nuevamente el presidente Lula da Silva deberá poner a prueba su alta popularidad, cercana al 80 por ciento, para asegurar el triunfo de su protegida.

Lula se empeñó a fondo para tratar que Dilma Rousseff (escogida por él a dedo como abanderada del Partido de los Trabajadores), fuese elegida en la primera vuelta. El presidente no sólo la impuso dentro del PT, sino que la presentó ante el electorado como la "madre" de su millonario programa de obras de infraestructura, la acompañó a todos los mítines que pudo y apareció tanto como ella en la propaganda electoral en radio y televisión para ayudarle a sumar votos.

Con la alta popularidad de Lula soplando a su favor -principalmente entre las clases baja y media- y la maquinaria oficial a su disposición, Rousseff pasó de ser una desconocida para la mayoría del electorado al rostro de la continuidad del Gobierno de Lula, y ese será nuevamente su capital en la vuelta decisiva, a fines de octubre.

El hecho de que la definición de la presidencia se aplace cuatro semanas puede ser una pequeña victoria de la oposición, pero los analistas coinciden en que, a la luz de las encuestas, se repetirá la historia de 2002 y 2006, en las que los candidatos del PSDB no pudieron recortar la ventaja que les tomó entonces Lula.

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