El líder del Partido de los Trabajadores logró más del 60 por ciento de los votos de la segunda vuelta electoral, escrutados el 95,17 por ciento de los sufragios.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue reelegido con el 60,75 por ciento de los votos válidamente emitidos, frente al 39,25 por ciento de su rival, el social demócrata Geraldo Alckmin, según datos oficiales, escrutado el 95,17 por ciento de los sufragios.
En base a estos resultados, el titular del Tribunal Superior Electoral, Marco Aurelio Mello, proclamó la victoria del actual mandatario.
"El candidato Geraldo Alckmin ya no tiene cómo alcanzar al candidato a la reelección", afirmó Mello.
Da Silva consiguió el respaldo de 55.534.361 brasileños, en una jornada que la abstención llegó a 18,04 por ciento.
Para Lula, el resultado de este domingo supone una satisfacción aún mayor, dada la decepción causada por la primera vuelta de la elección, celebrada el 1 de octubre, cuando la reelección se le escapó de las manos.
Un nuevo escándalo en el que están presuntamente implicados políticos que trabajaban en su equipo electoral hizo mella en su campaña, pero el impacto no fue suficiente cómo para hacerle perder la reelección.
El presidente, quien acudió a los comicios con el lema "Lula de nuevo, con la fuerza del pueblo", cree que esta segunda vuelta reforzó la democracia en Brasil.
Momentos después de votar, Lula aseguró que va a iniciar negociaciones con "todos los partidos políticos" y "tejer todas las alianzas necesarias" para poder tener "tranquilidad y aprobar todos los grandes proyectos" que Brasil precisa.
Tras asumir que el enfrentamiento es normal en periodos electorales, el mandatario señaló que ahora que han terminado los comicios, el Gobierno y la oposición deben entablar el diálogo.
Lula comparó la situación con un "campeonato de fútbol" y dijo que, cuando termina, "comienza otro al día siguiente", sin dejar muy claro qué quería decir con ello.
Con su victoria se abre un periodo de negociación entre Lula y partidos que le dieron apoyo, que tienen peso a nivel regional o en el Congreso, que los analistas pronostican difícil y que -prevén- excluirá a dirigentes que hayan estado involucrados en escándalos.
Una de las formaciones clave será el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que durante la campaña se dividió entre los dos candidatos.
El presidente pasó buena parte de la jornada de este 29 de octubre en su residencia en San Bernardo, acompañado de su esposa e hijos, hasta su traslado por la tarde al Hotel Intercontinental, en Sao Paulo.
Por su parte, Alckmin siguió los resultados en casa de un amigo en el barrio de Morumbi, en la zona rica de Sao Paulo.
Casi 126 millones de electores acudieron a las urnas para elegir al nuevo presidente entre Alckmin y Lula. (EFE)
