Casi 35.000 personas se encuentran con paradero desconocido desde el año 2007.
Se presume que muchas víctimas son asesinadas y enterradas en cementerios clandestinos.
La protesta, con maniquíes cubiertos con velos, se efectuó en la playa de Copacabana, donde el papa Francisco ofició el domingo una misa ante tres millones de personas.
Diez maniquíes cubiertos con velos blancos fueron puestos este miércoles sobre tapetes rojos en Copacabana, la playa más conocida de Río de Janeiro, en una original protesta que busca denunciar que casi 35.000 personas han desaparecido desde 2007 en esta ciudad brasileña y el estado homónimo.
La protesta es organizada por Río de Paz, una organización no gubernamental que promueve actos contra la violencia.
Los maniquíes fueron expuestos en las arenas de Copacabana frente al hotel Copacabana Palace, uno de los más lujosos de Brasil, y a pocas calles del lugar donde se erigió el altar en el que el papa Francisco celebró una misa para más de tres millones de personas el día domingo.
Según Antonio Carlos Costa, director ejecutivo de Río de Paz, los velos blancos simbolizan la incertidumbre de los familiares de los desaparecidos y el rojo la sangre de los que probablemente fueron víctimas de la violencia.
Los maniquíes fueron exhibidos durante cerca de tres horas hasta las 10:30 horas locales (09:30 hora chilena), cuando fue realizado un entierro simbólico para representar a los desaparecidos que fueron asesinados y ocultados en cementerios clandestinos.
"Siempre buscamos formas llamativas de mostrarle a la población lo que está ocurriendo. Sabemos que el número de desaparecidos es mayor debido a que muchos casos no son denunciados a la policía. Nuestra principal reivindicación es que todos los casos sean investigados", aseguró Costa.
Según cifras oficiales, 34.681 personas han desaparecido en el estado de Río de Janeiro en los últimos seis años.
¿Dónde están?
Río de Paz destacó el caso de Amarildo Souza, un obrero de la construcción de la Rocinha, la mayor favela de Brasil, que está desaparecido desde el 14 de julio, cuando fue conducido a una comisaría de policía tras, supuestamente, ser confundido con un narcotraficante.
La policía dice que el obrero fue liberado ese mismo día y sus familiares aseguran que nunca salió de la comisaría.
Esta desaparición viene siendo insistentemente denunciada en las redes sociales, en donde la frase "¿Dónde está Amarildo?" ha ganado miles de seguidores tanto en Facebook como en Twitter.
El caso del obrero es repetidamente mencionado por los manifestantes que desde el mes pasado salen a las calles varias veces por semana para exigir la renuncia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral.
La mayoría de estas protestas se han concentrado frente a la residencia particular del gobernador, y algunas han degenerado en violentos enfrentamientos con la policía y en actos vandálicos por los barrios más elegantes de la ciudad.
"El caso de Amarildo es emblemático. Estuvimos en la Rocinha y percibimos que las personas tienen miedo de hablar sobre lo ocurrido", aseguró Antonio Carlos Costa, director ejecutivo de Río de Paz.
En otras protestas llamativas Río de Paz ha sembrado en las arenas de Copacabana miles de escobas para protestar contra la corrupción, o enterrado centenares de cruces para llamar la atención sobre los asesinatos en la ciudad o hasta escenificado favelas con el fin de mostrar las malas condiciones en las que viven muchas personas en la segunda mayor metrópoli de Brasil.
