Rafael Correa festejó el triunfo de su coalición en la elección de integrantes de la Asamblea Constituyente, pese a que aún no se hacen oficiales los resultados de la votación.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró que sus compatriotas ganaron "la madre de todas las batallas", al conocer que un sondeo a pie de urna da la victoria a su coalición, Alianza País, en las elecciones de la Asamblea Constituyente celebradas este domingo.
Correa, tras indicar que aceptaban el "triunfo con suma humildad y responsabilidad", dijo ser consciente de que no pueden fallar en el cambio que surge a partir de la Asamblea, que con toda probabilidad dominarán los diputados de Acuerdo País, la candidatura promovida por el partido del Gobierno.
Para Correa, "se cristaliza un sueño de ciudadanos por un futuro mejor para la patria", y en una alocución en el Palacio de Gobierno felicitó al pueblo por la forma "pacífica" en que se desarrolló la elección de los 130 asambleístas.
"Esta ha sido una elección limpia, democrática, eficiente y transparente (...) las proyecciones son claras, la victoria de la ciudadanía es incuestionable", señaló y aclaró que en la Asamblea nadie busca "proyectos totalitarios" ni extranjeros o agendas ocultas, señaló Correa.
En una rueda de prensa, Correa dijo que en la Asamblea se dialogará "con todos los grupos que sinceramente busquen sacar adelante a la patria", pero no claudicará, y anunció que, desde este lunes, habrá talleres entre sus asambleístas para iniciar el trabajo por el cambio.
Puntualizó que, "por decencia", no dialogará con los hermanos Lucio y Gilmar Gutiérrez, del Partido Sociedad Patriótica (PSP), posible segunda fuerza política en la Asamblea, ni con el millonario Alvaro Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional.
Correa, quien cree que la ciudadanía y no Alianza País fue la gran triunfadora de las elecciones, ratificó que pondrá su cargo a disposición de la Asamblea y reiteró que el Parlamento debe ser disuelto, "porque ha demostrado que no está a la altura del momento histórico que está viviendo la patria".
"El Congreso tendrá que disolverse, entrar en receso, como quieran llamarlo, pero mientras funcione la Asamblea, el Congreso no funcionará. Tendrá que establecerse una comisión legislativa para que legisle y fiscalice", señaló, y agregó que algunos cargos de alto rango del Gobierno también tendrán que revisarse.
Correa consideró que el resto de poderes del Estado, en reciprocidad a la acción del Ejecutivo, también deberían poner a disposición sus cargos ante la Asamblea de plenos poderes.
Aunque aseguró que siempre fueron "optimistas" respecto al triunfo, cuyo avance se basa en una encuesta a pie de urna, presume que lograrán unos 80 escaños, lo que le significó una "inmensa sorpresa".
Indicó que su "entrañable amigo" Alberto Acosta, cabeza de la lista nacional de Acuerdo País, podría presidir la Asamblea, en la que la posible reelección presidencial inmediata es uno de los asuntos que considera menos importantes.
Tras el virtual triunfo, el jefe de Estado indicó que dialogará con los representantes de la banca, para bajar las tasas de interés, una lucha que perdió recientemente en el Parlamento.
El jefe de Estado dijo que entre los temas prioritarios de la Asamblea figura la reforma política y una nueva modalidad de representación y la regulación de la banca.
Aseguró que también se estudiarán asuntos relacionados con la integración y la importancia de entidades como el Banco del Sur, para evitar dependencia de los tradicionales organismos internacionales de crédito.
"Nos someteremos a la voluntad del pueblo ecuatoriano, todas las cosas las resolveremos con más democracia", puntualizó Correa, un economista de 44 años para quien el "contundente triunfo" es la mayor legitimidad que pudiese tener la Asamblea, que se instalará en octubre próximo en la ciudad de Montecristi, en el oeste de Ecuador. (EFE)
