El mandatario hizo la cola y pagó la cuenta por todos sus invitados.
Aprovechó la salida para conversar con otros clientes que se encontraban en el local.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quiso celebrar el final de las largas negociaciones sobre el techo de la deuda invitando a comer una hamburguesa a su equipo de asesores, que "trabajó duramente en ello durante los últimos meses".
Obama llevó a su personal al restaurante Good Stuff, cercano al Capitolio, donde como cualquier cliente, en corbata y mangas de camisa, hizo la cola para ordenar el menú de todos sus acompañantes.
El presidente advirtió al cajero que pagaría la cuenta de todo su equipo, además de la de una mujer que esperaba de pie junto a él.
"Huele bien", comentó luego a los clientes que llegaron tras él, y comentó que su esposa suele acudir a ese mismo restaurante con mucha frecuencia.
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| Obama es un declarado fanático de las hamburguesas y los hot dogs, aunque su esposa lidera una campaña contra la comida chatarra. (Foto: EFE) |
Mientras esperaban por la comida, algunos ciudadanos se acercaron para dar la mano al gobernante, que se había puesto a hablar con una familia que estaba sentada en la mesa de al lado.
Obama no oculta su pasión por las hamburguesas, como ya demostró al invitar a comer una de ellas al presidente ruso, Dmitry Medvedev, aunque su mujer, Michelle Obama, lidera una campaña para concientizar sobre la importancia de la dieta saludable.
El mandatario suele también aprovechar sus salidas fuera de Washington para satisfacer su gusto por las hamburguesas y los hot dogs, aunque cuando lo hace suele bromear diciendo: "No se lo cuenten a Michelle".
