Un británico de 21 años ha sido detenido recientemente en tres ocasiones y en dos de sus encuentros con la policía pidió a los agentes que le dispararan.
Siempre ha quedado en libertad y el enigma es cuándo y dónde volverá.
Un temor se extiende por los hoteles de lujo de Washington: que aparezca el misterioso hombre que en las últimas semanas ha logrado marcharse sin pagar ni un dólar tras consumir abundante bebida y comida, en un enigma que ya ha involucrado, incluso, al Servicio Secreto.
El sujeto ha sido detenido recientemente en tres ocasiones y en dos de sus encuentros con la policía, pidió a los agentes que le tirotearan, según relató el diario El País.
El misterio empezó el 13 de marzo, cuando las autoridades recibieron dos denuncias: la primera, del hotel Willard -uno de los principales hoteles de lujo de la capital de Estados Unidos- donde un sujeto con acento británico dio un nombre de habitación falso al firmar su factura de 68 dólares en el bar.
En la barra, aseguró que era de Londres (Reino Unido) y que ese día era su cumpleaños, junto con alardear de que estaba pensando saltar la reja de los alrededores de la Casa Blanca, según testimonios citados por el diario The Washington Post. Al llegar
El mismo 13 de marzo, el restaurante Old Ebbitt Grill llamó a la Policía porque el sujeto intentó pagar los 67 dólares de gasto con una tarjeta de crédito inválida. Por ambos casos, la Policía lo arrestó.
Sin embargo, Nicholas James Cooper, de 21 años, logró ser puesto en libertad a la espera de comparecer ante un juez el próximo 12 de abril, indica el rotativo.
Lunes en el Hay-Adams: El Servicio Secreto no aguantó más
El pasado lunes, un hombre, que coincide con el perfil del sospechoso Cooper, gastó 500 dólares en una cena de ostras y vino en el hotel Hay-Adams. En la factura, puso el número de una habitación vacía y logró escabullirse del local.
El Servicio Secreto -el órgano policial que vigila al presidente y su familia- acusó a Cooper de tener un comportamiento extraño en los alrededores de la Casa Blanca y logró que un juez le impidiera el acceso a esa área, pero el miércoles el hombre volvió a las andanzas, narra el tabloide.
Ese día, el sujeto trató de entrar a un hotel cercano a la residencia de Donald Trump, pero fue detenido rápidamente. Al día siguiente, el jueves, fue puesto en libertad (otra vez).
Viernes en el Ritz-Carlton
El último episodio de esta trama, cuenta el artículo, se vivió el viernes, cuando en el bar del hotel Ritz-Carlton, una persona se gastó 2.200 dólares. Incluyeron un plato de pulpo, otro de cordero, una botella de vino y para culminar el festín un chupito de 1.200 dólares de un whisky irlandés que estaba protegido en una caja de seguridad.
Cuando llegó el momento de pagar la elevada factura, el hombre pidió que le pasaran el gasto a su habitación de hotel, que en realidad era la de un jugador del equipo de balocesto Denver Nuggets, que había jugado esa noche contra los Washington Wizards.
Pero algo llamó la atención a los responsables del hotel y cuando trataba de abandonar el establecimiento fue parado por la policía, que ya lo tenía en el radar por los incidentes anteriores. Los agentes nuevamente le detuvieron, pero lo dejaron nuevamente en libertad.
"El misterio es si volverá a aparecer, sobre todo cuándo y dónde, en uno de los hoteles exclusivos de la ciudad", concluye El País.
