Bush llegó en visita oficial a Corea del Sur
Miles de surcoreanos protestaron por al llegada del mandatario estadounidense.
La visita es oficial y el presidente norteamericano estará solo 20 horas en el país oriental.
Miles de surcoreanos protestaron por al llegada del mandatario estadounidense.
La visita es oficial y el presidente norteamericano estará solo 20 horas en el país oriental.
El presidente de EE.UU., George W. Bush, llegó a Corea del Sur, donde hará énfasis una vez más en la necesidad de verificar la información aportada por Corea del Norte sobre su potencial nuclear.
Bush y su esposa Laura fueron recibidos en el aeropuerto por el primer ministro surcoreano, Hang Seung-soo, mientras en el centro de la ciudad manifestantes protestaban contra su visita y simpatizantes conservadores le daban la bienvenida en una marcha paralela.
La visita de Bush a Corea del Sur es oficialmente de dos días de duración, aunque el presidente apenas estará 20 horas en el país asiático y su programa oficial no comenzará hasta este miércoles.
Tras un acto oficial de bienvenida en la Casa Presidencial surcoreana, Bush se reunirá este miércoles con su homólogo surcoreano, el pro-estadounidense Lee Myung-bak, con el que tratará además la apertura de este país a las importaciones de vacuno de EE.UU., que provocó una gran agitación entre la opinión pública.
Después de esta reunión y de la rueda de prensa conjunta, Bush y su esposa Laura participarán en un almuerzo oficial con Lee y su mujer, y posteriormente el mandatario norteamericano se desplazará a una base estadounidense cercana a Seúl.
Protestas y simpatizantes
Preocupados por el mal de las vacas locas, miles de surcoreanos se concentraron en el centro de Seúl para protestar contra la importación de vacuno y contra Bush, en la última de una larga sucesión de manifestaciones que comenzó en mayo y llegó a concentrar en alguna ocasión a cientos de miles de personas.
La llegada de Bush también reunió a miles de simpatizantes de tendencia conservadora frente al Ayuntamiento de Seúl, que esperaron la llegada del líder estadounidense cantando canciones cristianas y agitando banderitas de EE.UU. y Corea del Sur.