Serán 6.000 los guardias nacionales que Bush enviará a la frontera

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Autor: Cooperativa.cl

El mandatario de EE.UU. presentó su nueva política migratoria que busca evitar el aumento de los ilegales y la asimilación de quienes llegan a vivir en el país.

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El presidente estadounidense, George W. Bush, anunció este lunes el envío de 6.000 efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con México, tras admitir que las autoridades de EE.UU. no tienen "el pleno control" de esa zona.

 

"Estoy decidido a cambiar eso", subrayó en un discurso a la nación desde el Despacho Oval.

 

El presidente aseguró que ese despliegue se producirá en coordinación con los gobernadores de los estados afectados y de manera temporal hasta que hacia el 2008 se complete el adiestramiento de igual número de agentes de la Patrulla Fronteriza, el organismo encargado de vigilar la línea.

 

Los soldados tendrán como misión ayudar a la Patrulla Fronteriza en el manejo de sistemas de vigilancia, el análisis de inteligencia, la instalación de barreras, la construcción de carreteras para las patrullas y el adiestramiento, afirmó Bush.

 

En ningún caso participarán en tareas de detención, que "corresponderán a la Patrulla Fronteriza", afirmó el presidente, quien quiso atajar así los temores de que los soldados estadounidenses vayan a convertirse en meros agentes de la ley, una preocupación que habían expresado algunos legisladores.

 

Las noticias surgidas en los últimos días acerca de este despliegue habían suscitado el temor también de que ese envío se hiciera permanente y la frontera quedara militarizada.

 

El propio presidente de México, Vicente Fox, telefoneó a Bush el domingo para buscar garantías acerca de ese despliegue.

 

El envío de soldados "no va a militarizar la frontera del sur", aseguró el presidente.

 

"México es nuestro vecino y nuestro amigo. Seguiremos cooperando para mejorar la seguridad a ambos lados de la frontera", dijo.

 

El discurso del presidente coincide con la reanudación en el Senado del debate para una reforma completa del sistema migratorio, que incluye tanto el endurecimiento de la seguridad en la frontera como la creación de un programa de trabajadores temporales que abre una puerta a la regularización de buena parte de los cerca de doce millones de inmigrantes ilegales que se calcula que viven en EE.UU.

 

Según el presidente, que aseguró que hay que reconocer los problemas del actual sistema de inmigración, una reforma migratoria completa debe cumplir cinco objetivos.

 

El primero, declaró, es "reforzar la frontera", de modo que quede abierta a la inmigración legal pero se cierre a los "ilegales, criminales, narcotraficantes y terroristas".

 

Para ello, el presidente pidió al Congreso fondos que permitan "mejoras drásticas en la dotación de personal y la tecnología en la frontera".

 

Además de aumentar en 6.000 los agentes de la Patrulla Fronteriza, se construirán barreras de alta tecnología en corredores urbanos y se levantarán nuevas carreteras para patrullas, así como se emplearán "cámaras infrarrojas, sensores de movimiento y aparatos aéreos no tripulados para impedir los cruces ilegales".

 

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El presidente expuso también la necesidad de un programa de trabajadores temporales que cree "una vía legal" para los que quieren entrar en EE.UU. "de manera legítima, por una etapa limitada de tiempo".

 

En tercer lugar, "necesitamos que los patrones se responsabilicen de los trabajadores que contratan".

 

"Es contrario a la ley contratar a alguien que se encuentre en este país de forma ilegal. Sin embargo, las empresas no pueden verificar la situación legal de sus empleados debido al problema generalizado de la falsificación de documentos. Por lo tanto, una reforma integral de la inmigración debe incluir un mejor sistema para verificar documentos y seleccionar a los trabajadores", afirmó.

 

El presidente insistió que no defiende "una amnistía" sino una manera de hacer frente a la realidad de los millones de inmigrantes ilegales que ya tienen "profundas raíces" en este país, el cuarto paso de su estrategia.

 

Estas personas deberán pagar una multa y demostrar su voluntad de convertirse en buenos ciudadanos para poder solicitar la ciudadanía, cuya aprobación "no será automática".

 

En quinto lugar, concluyó, los nuevos ciudadanos deben asimilarse y "abrazar nuestra identidad común como estadounidenses", que incluye el dominio del idioma inglés. (EFE)

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