Desde este viernes y hasta el día 14 de julio, personas de todo el mundo se dan cita en las calles de Pamplona para correr delante de los toros y beber hasta el límite.
Una multitud de personas fue testigo este viernes del inicio de los Sanfermines, como se le denomina en España a la fiesta, que arrancó en Pamplona con el tradicional "chupinazo", el lanzamiento del cohete que da paso a más de 200 horas ininterrumpidas de encierros taurinos, corridas y diversión.
Pamploneses y foráneos de todo el mundo se dieron cita en la plaza del municipio, convertida en un auténtico hervidero de gente, la mayoría vestida de blanco, y ansiosa por atarse al cuello los típicos "pañuelicos" rojos justo después del "chupinazo", como manda la tradición.
Durante unos instantes, la plaza se convirtió en una especie de marea roja, en la que los congregados, regados con alcohol por dentro y por fuera, lanzaban confetis, serpentinas y globos a la espera del "chupinazo".
Con todas las miradas puestas en el balcón consistorial, la alcaldesa, Yolanda Barcina, prendía la mecha del petardo y profería el grito de "Pamploneses, pamplonesas, ¡Viva San Fermín! con el que cada año empieza la fiesta.
A partir de ahí, arrancaba una especie de locura colectiva, "un estallido de alegría que creo que es único", como lo ha definido la alcaldesa, quien hoy se convirtió en la única persona de la etapa democrática española que ha lanzado dos veces el "chupinazo", la primera en 1999.
Fue el primer acto del total de 418 previstos en el programa oficial de estos festejos, que inmortalizó el Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, en su novela en su novela "The sun also rises" (1932), traducida como "Fiesta" en español.
Fue él quien universalizó los Sanfermines y despertó la curiosidad de otras personalidades mundiales,-artistas, políticos, científicos o deportistas-, que año tras año se encargan de promocionar la fiesta.
La mayoría viaja a Pamplona atraída por los encierros taurinos que cada día se celebran a las ocho de la mañana, hora local (06:00 GMT), cuando cientos de "mozos" se van al centro de la ciudad para correr delante de seis toros un tramo de unos 800 metros que concluye en la plaza donde se lidiarán las reses por la tarde.
Es el acto más atractivo pero también el más peligroso porque muchas veces acaba con heridos, e incluso con la muerte de alguno de los corredores, muchos de ellos inexpertos que se ponen delante de los astados sin haber dormido y con alguna copa de más.
Ante el enorme interés que despiertan, varios medios de comunicación, incluidos algunos digitales, retransmitirán en directo todos los encierros y las corridas, por los que también se han desplazado a Pamplona cientos de corresponsales extranjeros.
Pero, también han viajado a la capital navarra, convocados por el colectivo Personas por el Trato Ético a los Animales (PETA), los activistas antitaurinos que el jueves protagonizaron un "encierro humano", en ropa interior y con pañuelo rojo al cuello, en defensa de los derechos de los toros y en contra de la lidia.
Pero además de los toros, el programa incluye el desfile de "Gigantes y Cabezudos", pasacalles de las "peñas", conciertos, fuegos artificiales y las vísperas solemnes de San Fermín, con las que se abrirán las celebraciones religiosas en honor al santo copatrón de la región de Navarra.
Con una agenda diaria igual de cargada, el espectáculo y la diversión continuará hasta la medianoche del día 14, hora en la que los pamploneses vuelven a darse cita en la misma plaza para quitarse los pañuelos rojos, encender velas y entonar el famoso "Pobre de Mí", la canción con la que se dice adiós a las fiestas. (EFE)
