Los equipos que remueven los escombros de dejados por la detonación de una furgoneta cargada con explosivos aún no hallan indicios sobre la suerte de los extranjeros.
Los equipos que trabajan en el retiro de los escombros del estacionamiento del terminal cuatro del aeropuerto Madrid-Barajas, donde el grupo vasco ETA detonó el pasado sábado un autobomba, continúan sus tareas, sin hallar indicios sobre los dos ecuatorianos desaparecidos en la zona.
Tras el atentado, se dieron por desaparecidos a Diego Armando Estacio Sivisapa, de 19 años, y Carlos Alonso Palate, de 35, quienes estaban en vehículos ubicados en el sector, a la espera de familiares que llegarían desde Quito a Madrid.
La actividad aeroportuaria comenzó a aumentar con las primeras luces del día, con un mayor número de viajeros que acudía a la T-4 para tomar sus vuelos mientras los servicios de limpieza reiniciaban la recolección de los bloques de concreto desprendidos por la onda expansiva.
Mientras los bomberos trabajaban con ayuda maquinaria pesada, agentes de la policía toman muestras cada cierto tiempo entre los restos removidos, para ser analizadas por si son de interés para la investigación.
Durante la noche del pasado domingo, las labores de búsqueda se realizaron con ayuda potentes focos que iluminaron el gran boquete dejado por la bomba, y una zona más compacta en la que se observan, desmoronadas, las cuatro plantas del módulo del estacionamiento destruido.
En tanto, fuentes de seguridad indicaron que terroristas dejaron la furgoneta cargada con explosivos el 29 de diciembre, un día antes de producirse la explosión y dos días después de que tres encapuchados secuestraran a su propietario en Francia.
Las grabaciones de cámaras de seguridad del aeropuerto revelaron que la furgoneta, una Renault Traffic, entró en el aeropuerto poco después de las 18:50 horas (17:50 GMT) del viernes.
Por problemas con los equipos informáticos, los investigadores no han podido determinar cuántas personas ocupaban la furgoneta y sólo pudieron observar una mano que salía de la ventanilla del conductor para recoger el billete de entrada al aparcamiento.
Se baraja la posibilidad de que un comando itinerante procedente de Francia sea el responsable del atentado y que, tras la colocación de la bomba, regresara de nuevo al país galo. (EFE)
