La iniciativa permitirá reducir la actual deuda en 100 mil millones de euros.
Sin embargo, los ciudadanos fustigan recortes que incluye duro rebaja del salario mínimo.
El polémico plan de austeridad que fue aprobado el domingo por el parlamento griego, mientras en las calles de Atenas la gente se manifestaba con dureza, permitirá al país heleno reducir su deuda y evitar así la quiebra.
Sin embargo, el costo de esta ayuda proveniente del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (la troika) traerá duros recortes que afectarán directamente a la ciudadanía.
El pacto contempla un ajuste de 3.300 millones de euros este año, lo que permitirá reducir en 100.000 millones la actual deuda del país, reduciendo los intereses que paga Grecia.
Además permitirá alargar hasta 40 años los plazos de la devolución de la deuda.
Para ello, Grecia deberá rebajar el salario mínimo en un 22 por ciento, además, tendrá que despedir a 15.000 funcionarios y rebajar las pensiones.
Este escenario se produce en un país donde el desempleo de los jóvenes, entre 15 y 24 años, es del 48 por ciento, según cifras proporcionadas por BBC.
