Los ciudadanos deberán entregar un 1,5 por ciento de su sueldo.
El Gobierno estimó el gasto en la ofensiva en más de cinco millones de dólares diarios.
Opositores rechazaron la medida.
Ucrania impuso este jueves un impuesto de guerra del 1,5 por ciento sobre el sueldo mensual de las personas para costear el conflicto con los rebeldes prorrusos que supone una gran carga para las arcas del Estado.
El diputado oficialista Serguéi Sóbolev indicó que "serán 15 grivnas por cada mil. Ese es el impuesto de guerra, aunque yo prefiero llamarlo el impuesto para el restablecimiento de la paz en el país".
Petró Poroshenko, presidente ucraniano, cifró en 70 millones de grivnas (5,6 millones de dólares) diarias el costo de la operación antiterrorista para enfrentar la sublevación prorrusa en las regiones de Donetsk y Lugansk.
El impuesto de guerra forma parte de las nuevas leyes sobre presupuesto aprobadas por el Parlamento luego que el primer ministro Arseni Yatseniuk amenazara con renunciar si las medidas no eran ratificadas.
"Hoy hay dos noticias en la economía mundial. La primera es que Argentina ha presentado suspensión de pagos. La segunda, que Ucrania no la ha presentado y que nunca lo hará", comentó Yatseniuk tras la decisión.
Sin embargo, el líder del partido nacionalista Libertad, Oleg Tiagnibok, manifestó su rechazo al impuesto, declarando que "no son los ucranianos de a pie quienes deben pagar este impuesto. Los ucranianos ya costean los chalecos antibalas, los cascos y los uniformes de sus hijos y amigos. El impuesto deberían pagarlo los oligarcas que fueron quienes nos han llevado a esta situación".
