Violencia terminó en un gran incendio en un edificio sindical.
Este sábado cientos de personas se reunieron frente al lugar de la tragedia para expresar su rabia y frustración.
Cerca de 400 personas que se acercaron para manifestar su malestar con lo ocurrido.
Los enfrentamientos del viernes en la ciudad de Odesa, en el sureste de Ucrania, terminaron en un gran incendio en un edificio sindical que ocasionó la muerte de 42 personas.
El sábado cientos de personas se reunieron frente al lugar de la tragedia para expresar su rabia y frustración, muchas de ellas llevando flores en memoria de las víctimas.
Hay todavía confusión entre residentes y visitantes que se encuentran en estado de shock de que ese tipo de cosas pudieran suceder en la ciudad portuaria.
Según informó el corresponsal de la BBC, Fergal Keane, desde el lugar, el sábado había fuerte presencia de seguridad y cerca de 400 personas que se acercaron para manifestar su malestar con lo ocurrido, aunque "sin ganas de confrontar a la policía".
"El verdadero estado de ánimo es de shock, hay alguien que me grita '¡Mentiroso!, ¡mentiroso!'. y lo que veo es un fuerte sentimiento antioccidental", dijo Keane.
"Algunos pasan y le gritan a la policía, a quienes acusan de ser parte de lo que llaman una "Ucrania ultranacionalista"", agregó.
Simpatizantes de Rusia en la ciudad han expresado su enojo por los hechos del viernes, pero otros ciudadanos y visitantes también han manifestado su rechazo y tristeza por el acontecimiento.
El fuego en el edificio se desató en confusos hechos, después de que activistas prorrusos atacaran una protesta antiseparatista, la cual respondió al ataque.
En medio del enfrentamiento entre los dos grupos, los protestantes prorrusos buscaron refugio dentro del edificio sindical, donde según las autoridades, algunas de las víctimas se asfixiaron con el humo de las bombas Molotov, y otros murieron al saltar del edificio.
Varias personas quedaron atrapadas en las plantas superiores del edificio cuando propagaron las llamas.
La violencia registrada en Odesa el viernes ha sido la más grave en Ucrania desde febrero, cuando más de 80 personas murieron durante las protestas en Kiev contra el derrocado presidente Víctor Yanukóvich.
Continúan operaciones
El gobierno de Kiev reanudó en la mañana del sábado la acción militar contra los rebeldes prorrusos en el este del país, en donde fueron reportados algunos combates.
En Kramatorsk, al sur de la ciudad de Sloviansk, fuerzas ucranianas recuperaron la sede del servicio de seguridad (SBU), según dijo el ministro del Interior, Arsen Avakov, que indicó que la "fase activa" de la operación militar continua, y que algunas fuerzas ucranianas recuperando además la torre de televisión de Kramatorsk.
El ministerio de Defensa también informó de "graves enfrentamientos" en la noche del viernes en Andreevka, a unos seis kilómetros al oeste de Sloviansk, donde murieron dos soldados ucranianos.
Según un portavoz de los rebeldes prorrusos en Sloviansk, diez separatistas murieron en Andreevka.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov se comunicaron nuevamente por teléfono para discutir la crisis.
Lavrov le pidió a Kerry presionar a Kiev para que detenga su operación militar, de la que dijo arriegó a "sumir al país en un conflicto fraticida".
Por su parte, Kerry dijo que Moscú debe dejar de apoyar a los separatistas prorrusos.
Ambos también discutieron la posibilidad de una mayor participación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) para encontrar a una solución a la crisis.
Siete observadores internacionales que se encontraban en poder de los rebeldes prorrusos, desde el 25 de marzo, fueron liberados en la mañana del sábado.
