Blair defendió con pasión necesidad de una Europa unida, pero exigió cambios

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Autor: Cooperativa.cl

El premier británico afirmó que el Viejo Continente debe "realizar un debate profundo sobre su futuro", ya que no es sólo un mercado para intercambiar mercancías, "sino un espacio político con ciudadanos".

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El primer ministro británico, Tony Blair, hizo una encendida defensa de la Unión Europea, aunque abogó por cambios importantes, y rechazó categóricamente las acusaciones que le sitúan como el principal responsable del fracaso en las negociaciones sobre el marco presupuestario para 2007-2013.

 

En una intervención ante el Parlamento Europeo para presentar las prioridades de la próxima presidencia británica de la UE, que fue continuamente interrumpida por los aplausos de los eurodiputados, Blair se autocalificó de "proeuropeista apasionado" y aseguró creer en "una Europa fuerte" en su dimensión política, no sólo económica.

 

"Sean cuales sean los desacuerdos en Europa a la hora actual, estamos de acuerdo en un punto y es que Europa debe realizar un debate profundo sobre su futuro", agregó el primer ministro británico.

 

Por ello, consideró que "no es el momento de apuntar con el dedo acusador a los que quieren el cambio" y que "Europa no tiene que hacerse con un cruce de insultos o en términos personales; debe ser un intercambio sincero de ideas y franco".

 

El primer ministro británico defendió una Europa que "no es un mercado único simplemente en el que intercambiamos mercancías, sino un espacio político con ciudadanos, y siempre lo será" e insistió en que hay que "escuchar a los ciudadanos", que han demostrado "ir por delante de los políticos".

 

"Los ciudadanos están tocando las trompetas y rodeando los muros de Europa y tenemos que entender esto como parte de la solución y no como parte del problema", añadió.

 

Por ello, "si Europa se rinde ante el euroescepticismo o si frente al enorme reto ante el que nos encontramos hoy, nos escondemos y evitamos el desafío, entonces corremos el riesgo de fracasar", afirmó Blair con rotundidad.

 

Blair lamentó el "intento de intimidar a los que quieren cambiar Europa" y aseguró que los "ideales sobreviven a través del cambio", un cambio que debe marcar el camino, "porque si no, los extremos progresan y eso está pasando ahora en Europa".

 

Además, indicó que en la UE no hay "una crisis de instituciones políticas, sino una crisis de liderazgo político".

 

Blair se defendió igualmente de las acusaciones que le sitúan como responsable del fracaso de las negociaciones de la pasada semana en el Consejo Europeo sobre el presupuesto.

 

Negó haber pretendido nunca "acabar con la Política Agrícola Común (PAC) ahora mismo o renegociarla de un día para otro".

 

"Todo cambio debe tener en cuenta las necesidades de la comunidad agrícola y rural", admitió, pero hizo hincapié en que "no podemos acordar unas perspectivas que no inicien un proceso que nos lleve a un cambio", porque no se puede esperar hasta 2014 para iniciar ese cambio.

 

Blair opinó que se debe conseguir "un buen presupuesto, que no puede abstraerse de la crisis europea, tiene que ser la respuesta a ella".

 

En este sentido, aseguró que lograr un acuerdo sobre los presupuestos será una de las prioridades de la presidencia británica de turno de la UE, que comienza el 1 de julio, junto con la lucha contra el terrorismo, el control de las fronteras y la inmigración ilegal o la potenciación de la investigación.

 

Blair advirtió además de los peligros que supondría para Europa detener el proceso de ampliación, lo que la llevaría a actuar sobre la idea del "nacionalismo y la xenofobia".

 

A su juicio, el proceso de ampliación de la Unión "tiene que verse como una oportunidad para crear una Europa más amplia y fuerte".

 

"No nos engañemos, si detenemos la ampliación, no frenaríamos para nada la globalización y, mientras tanto, la UE se haría más pequeña y estrecha y ombliguista y no estaríamos actuando en la idea europea sino de nacionalismo y xenofobia", agregó.

 

También resaltó la importancia de que Europa sea "protagonista en política exterior, un buen aliado con EE.UU. pero demostrando que tiene sus propias capacidades de influir en el mundo y hacerlo avanzar". (EFE)

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