La decisión de aplicar el estado de excepción luego de 12 días de violencia callejera quedará en manos de los delegados de Gobierno en los 100 departamentos en que se divide administrativamente el país europeo.
El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, anunció que el Consejo de Ministros ha tomado la "decisión de principio" de instaurar el toque de queda en los lugares donde sea necesario para frenar la ola de violencia.
Sarkozy hizo este anuncio al término del Consejo de ministros extraordinario adelantado un día para que esa medida pueda entrar en vigor desde este miércoles.
Según la evolución de los acontecimientos, "velaremos por su aplicación selectiva", explicó el ministro, tras subrayar que la política del Gobierno conservador se resume en "la firmeza, la sangre fría y la mesura".
La decisión de activar esa medida, que está contemplada en la ley de abril de 1955 sobre el estado de emergencia adoptada durante la guerra de Argelia, fue anunciada anoche por el primer ministro, Dominique de Villepin, en un telediario de máxima audiencia.
Con ello, los prefectos (delegados del Gobierno) podrán decretar el toque de queda donde sea necesario, una vez que el decreto sea publicado mañana en el Boletín Oficial del Estado.
La tarde de este martes, Sarkozy reunirá a los prefectos de las siete "zonas de defensa" para ver la aplicación de esta decisión excepcional.
En la misma línea de mano dura, Villepin había anunciado la noche del lunes la movilización de 1.500 reservistas de la policía y la gendarmería para elevar a 9.500 los efectivos desplegados para tratar de atajar la violencia que anoche continuó por duodécimo día consecutivo.
Los alborotadores prendieron fuego durante la pasada noche a 1.173 vehículos en toda Francia y causaron heridas leves a una docena de agentes, a los que en una ocasión volvieron a disparar con escopetas de perdigones, pero sin alcanzar a nadie.
Según los datos ofrecidos por la policía, 330 personas fueron detenidas (309 de las cuales quedaron bajo custodia policial) en el curso de los altercados nocturnos, cuya intensidad y número se redujo levemente con respecto a la noche del domingo al lunes, cuando se alcanzó el récord de destrozos.
La bajada del número de vehículos quemados fue considerable en las afueras de París, e inferior en el resto del país, lo que quizás refleje la presión policial "especialmente fuerte" en los barrios periféricos de la capital, según fuentes de Interior.
Alentado por la evolución de la situación, el director general de la Policía, Michel Gaudin, apuntó a "una tendencia que se orienta en la buena dirección" para un regreso a la normalidad.
Preguntado sobre el toque de queda, dijo que las fuerzas del orden están listas y, junto al responsable de la Gendarmería, el general Guy Parayre, recalcó que las modalidades serán definidas caso por caso.
Al margen de las medidas de refuerzo de la seguridad, el Consejo de ministros debía aprobar una serie de planes para afrontar los problemas sociales de los barrios periféricos, minados por el desempleo, la pobreza y la delincuencia, y habitados sobre todo por inmigrantes de varias generaciones mal integrados.
Entre esas medidas sociales, Villepin citó anoche que la formación profesional sea posible desde los 14 años (en lugar de 16) para niños con más dificultades escolares, mientras que, para los jóvenes dotados de zonas difíciles, se multiplicarán por tres las becas al mérito y los "internados de excelencia".
Frente al paro, cuyo índice llega a casi el 40% entre los jóvenes de estos barrios, el Gobierno planea que todos ellos sean recibidos por los organismos pertinentes y que en el plazo de tres meses se les proponga un contrato, una formación o prácticas.
Con respecto a la vivienda, quiere reducir a 18 meses los plazos de los programas de renovación urbana previstos en un plan que ya había puesto en marcha su Gobierno.
Poco antes de que comenzase el Consejo de ministros, el portavoz del Ejecutivo, Jean-Francois Copé, expresó su deseo de que se produzca un gran consenso entre todas las fuerzas políticas frente a la violencia. (EFE)
