La difícil situación desatada en barrios marginales del país europeo ha hecho que incluso sectores de la policía pidan la intervención del Ejército.
Más de 1.400 vehículos fueron incendiados en la undécima noche de disturbios en los barrios periféricos de París y de otras ciudades de Francia, marcada por la escalada de la violencia, esta vez con disparos de perdigones contra las fuerzas del orden.
Según un balance definitivo comunicado por la policía, un total de 1.408 vehículos, incluidos autobuses y camiones, fueron quemados, un récord desde que empezó esta ola de guerrilla urbana el 27 de octubre.
Durante la pasada noche, fueron detenidas 395 personas, precisó la policía.
La noche anterior, del sábado al domingo, hubo 312 detenciones y casi 1.295vehículos quemados.
Decenas de edificios, entre ellos escuelas o parvularios, fueron incendiados por jóvenes violentos en zonas urbanas difíciles en todo el país durante la pasada noche, sin que surtiera efecto el llamado del presidente francés, Jacques Chirac, al restablecimiento del orden como "prioridad absoluta".
Tampoco hizo mella el anuncio del primer ministro, Dominique de Villepin, de que se reforzarán los medios para combatir la revuelta y se acelerarán los procedimientos judiciales para juzgar de forma inmediata a los detenidos.
La escalada de la violencia quedó especialmente de manifiesto en Grigny (Essone, afueras de París), donde unos 200 alborotadores dispararon con perdigones contra agentes, que cayeron en una emboscada.
Treinta y cuatro resultaron heridos, dos de ellos de gravedad que fueron hospitalizados y recibieron la visita del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, que, ante el impacto de bala detectado en el casco de otro antidisturbios comentó que los violentos "apuntan a la cabeza".
Ante el agravamiento de las revueltas, un sindicato de policías pidió la intervención del Ejército y la instauración del toque de queda nocturno en los barrios difíciles.
"Parece que nada puede ya atajar la guerra civil que cada día se extiende un poco más al conjunto del territorio nacional. Los acontecimientos que vivimos actualmente no tienen precedente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial", afirmó el sindicato Acción
Policía CFTC, en un comunicado.
La Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (OUIF), uno de los grupos musulmanes mas importantes del país y considerada como próxima a los Hermanos Musulmanes, pronunció una "fatua" (decreto religioso) contra las violencias urbanas.
La UOIF afirmó que le está "prohibido a todo musulmán" participar en toda acción que "golpee de forma ciega a bienes privados o públicos o que pueda atentar contra la vida ajena".
La organización llamó a los jóvenes musulmanes a "calmar su cólera, meditar y conformarse" a ese edicto religioso, a la vez que exhortó a las autoridades y los poderes públicos a "medir la gravedad y la peligrosidad de la situación".
La prensa francesa muestra su preocupación ante la extensión de los disturbios y habla de la "impotencia" del Gobierno, a la vez que se hace eco de la frustración de los habitantes de los barrios difíciles que se sienten "abandonados".
Por su parte, la oposición socialista reprochó al jefe del Estado que guardara silencio durante tanto tiempo y reclamó medidas importantes a favor de las zonas difíciles, que son foco de pobreza, desempleo, exclusión social y delincuencia y donde hay una importante población procedente de la inmigración. (EFE)
