Los enfrentamientos que cruzan los barrios más marginales del país dejaron un saldo de 206 detenidos y 502 autos incendiados, en la decimosexta jornada consecutiva de incidentes.
Los serios incidentes en diversas localidades de Francia se extendieron por decimosexta noche consecutiva y tuvieron un incremento respecto de jornadas anteriores, pues los manifestantes -principalmente adolescentes- quemaron 502 automóviles y la policía contabilizó 206 detenciones.
Estas cifras suponen un aumento si se compara con la noche del jueves, cuando fueron 463 vehículos y 201 arrestos, invirtiéndose así la tendencia a la baja de la violencia en los últimos días.
Las cifras definitivas fueron facilitadas este sábado por la dirección General de la Policía.
Uno de los incidentes más serios fue el ataque a la mezquita de Carpentras, en el sur de Francia, con bombas molotov, las que causaron daños leves en el exterior del edificio, pero no ocasionaron daños en su interior, donde había una veintena de personas.
El ataque fue condenado inmediatamente por el presidente francés, Jacques Chirac, quien expresó en un comunicado "su solidaridad con la comunidad musulmana de la ciudad" y aseguró que se investigará la agresión "para que sus autores sean castigados".
También el ministro del interior, Nicolas Sarkozy, denunció esta acción, que calificó de "agresión indigna e inaceptable", en una nota oficial difundida en París.
El temor de las autoridades a un repunte de la violencia este fin de semana motiva un fuerte despliegue de efectivos policiales y, en el caso concreto de París, a la decisión del prefecto de prohibir toda concentración en lugares públicos susceptible de albergar desmanes.
La decisión del delegado del Gobierno en la capital francesa se basa en que la policía ha interceptados mensajes en internet y en teléfonos móviles que instan a llevar a cabo "acciones violentas" este sábado en la ciudad.
La prohibición de esas reuniones entró en vigor a las 10:00 horas locales (09:00 GMT) y se prolongará hasta las 08:00 horas (07:00 GMT) del domingo.
La violencia nació en barrios pobres de París tras la muerte, por electrocución, de dos jóvenes que huían de la policía -lo que niega el Gobierno-.
Los decesos indignaron a habitantes periféricos, donde se concentran las poblaciones más pobres, conformadas principalmente por inmigrantes. (EFE)
