Aunque la autoridad local y EE.UU. consideran que ha reducido los ataques de la insurgencia, la violencia no cesa de golpear a la ocupada nación árabe.
Un atentado un autobomba dirigido contra un jefe policial de la ciudad de Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad, causó seis muertos y 22 heridos, entre ellos el destinatario del ataque, detallaron fuentes oficiales iraquíes.
Según un agente policial de la ciudad, quien se identificó solo como Borhan, el auto con explosivos era conducido por un suicida, que detonó su carga explosiva al paso de Jatab Omar, jefe de la Policía de Emergencias local.
Dos guardaespaldas de Omar y cuatro transeúntes murieron en el acto, mientras que el oficial quedó gravemente herido y fue de inmediato trasladado al hospital.
Otras 21 personas han quedado heridas de diversa consideración, entre ellas varias mujeres y niños.
En tanto, fuerzas militares de Estados Unidos mataron a 25 supuestos terroristas en bombardeos aéreos sobre la localidad de Tarmiyah, 20 kilómetros al norte de Bagdad, donde detuvieron a otros 21.
Según el mando estadounidense, el incidente se produjo en el marco de una operación que tenía en principio como blanco a "aliados de importantes líderes de Al Qaeda en el centro de Irak":
Finalmente, dos soldados estadounidenses murieron y otros nueve resultaron heridos en dos ataques en Bagdad y Diyala. (EFE)
